sábado, 17 de marzo de 2012

NICARAGUA 1997 / Capítulo 16

CAPÍTULO 16: EL TRABAJO DIARIO EN CHAGÜITE

“Allí arriba en la montaña, en un país de mangos, está Chagüite Blanco, un país muy especial”. “Un chele (europeo, blanco) baja a La Trinidad, arriba de un caballo, con una pluma en el sombrero, y va gritando ¡Viva Chagüite Blanco!”. Son canciones que van quedando tras el paso de los escasos brigadistas que pasan por la zona y a los cuales acompaña Maru o su colaborador Mario. En este caso nuestro compañero Albert hizo muy buenas migas con la comunidad el año pasado y su recuerdo permanece entre los pequeños que repiten sus canciones inventadas… también conocen algo del himno del Barça.

Quedamos a la hora “tipo tres”, que siempre será más tarde, a comer dónde Tito para ir organizando nuestro trabajo. Por la mañana hemos seguido repartiendo comida y observando los viajes a “los ojos de agua” de las mujeres. Hablamos con el ingeniero y alguno de los responsables de Estelí del proyecto de la piscifactoría. Quedamos encargados de escribir cinco cartas que actualicen el seguimiento de los proyectos que más interesan a la comunidad dirigidas respectivamente al FSLN, la federación de las cooperativas nacionales, el Movimiento Comunal, la organización de las CEBs a nivel nacional, y a la Dirección Nacional que se ocupa de los Centros de Salud.

Por la tarde nos dedicamos a coordinarnos con las maestras y ver cómo el material escolar y las “chinelas” (zapatillas), que es lo que les ha hecho más ilusión a los jóvenes estudiantes. Montse ha averiguado como una niña hoy no ha acudido a clase porque le picó un alacrán, lo que nosotros conocemos como escorpión, con lo que se le ha paralizado la lengua. Cada día nos cambian los niños y hay inconvenientes porque muchos de ellos trabajan junto a sus padres, recogiendo el agua necesaria, leña, leche de las vacas, haciendo mandados…

En “casa”, Tito me ha arreglado mi rinconcito. Por la noche se suele, si se puede, beber algo de ron Flor de Caña, que se habrá podido subir desde la “civilización”. Este es el ron típico nica y difícilmente se pueden encontrar otras marcas en su territorio nacional. Hablamos entre hombres de lo bonito que es el amanecer en Chagüite, sobre los parajes igualmente bellos de las otras comunidades vecinas de San Isidro, Ollanca, Las Pencas, El Bonete, El Potrero y Las Mesas. Por la noche hacemos resumen de todo lo vivido y todo lo que queda por vivir al día siguiente: sabemos que en nuestras manos reside la posible virtud de poder desarrollar el proyecto de las becas escolares que puede dar a muchos de sus hijos un futuro más próspero que el actual. Hoy hemos aprobado ampliarlas a los niños de las comunidades “simpatizantes” de La Caña y El Guasimán. Con ello calculamos que podríamos beneficiar a cuarenta y ocho niños a cincuenta dólares cada uno para conseguir el objetivo básico. Hemos acordado también ponernos de acuerdo con la Universidad Campesina (UNICA) y el Ministerio de Sanidad (MINSA), a parte de organizar el Comité de Padres y el Comité de Becas que dirija y controle la transparencia de su adjudicación y su buen funcionamiento.

Sobre la piscifactoría tenemos el mejor ejemplo en la de Los Chilamates en Estelí, alrededor de la cual existe un proyecto integral de reforestación gracias a la colaboración de la Escuela Agrícola “Francisco Ruíz de Espinoza” y su Profesor Víctor Ríos: podremos ver pronto allí caobas, cedros, laureles, macuelizos, granadillos, ceyotes, acacias, leucaenas, maderos negros, aceitunos, malinches, guanacases, cipreses, guabas, eucaliptos, pinos, casuarinas, aguacates, mangos y limones ponderosos.

Antes de ir a dormir alguien nos trae la última noticia de la noche: se comenta que unos chicos españoles de la Casa de Nicaragua en Estelí han tenido un grave accidente cuando pretendían cruzar Centroamérica dirección a México. Lamentablemente durante años se han cruzado muchas malas noticias como ésta por el camino: hay que irse con cuidado en los viajes.

NICARAGUA 1997 / Capítulo 15

CAPÍTULO 15: UN DÍA COMÚN CON LA FAMILIA DE TITO

Empiezo a conocer la familia de Don Tito con la cual convivo. Su esposa es Doña Justa, que me ofrece esos desayunos fantásticos a base de frijol negro, huevo de gallina y arroz que siempre ensalzaré desde su sensillez. Cuentan con cuatro hijos: Emilia es adoptada (cosa común y solidaria en estos parajes); Arely, la otra niña; Chepe, el varón; y Lisbeth, la pequeña, que es una preciosidad, rubia, no sé por qué casualidades de la genética (siendo sus padres de pelo muy oscuro); se levanta y se acuesta siempre riendo, con sus mofletes hinchados y sus vestidos apretados.

Me levanto, junto al “chancho”, o sea cerdo, que finalmente se ha acomodado debajo de mi camastro, con los picores de los chinches que por ahí existen, escuchando la emisora de Radio Corporación, un hecho tan insólito como extraño por el hecho de representar el casi único canal más o menos fijos de comunicación con la civilización de bajo de las montañas. Luego me fijo que casi todas las familias cuentan con un aparato de radio que han logrado gracias a regalos o préstamos temporales de otros conocidos o familiares, algunos de ellos extranjeros, claro está. Evidentemente no hay televisión ni luz eléctrica, pero la radio se oye. Y se oyen cada mañana los resultados del Campeonato del Mundo de Béisbol en el cual está participando Nicaragua, junto con otros países como pueden ser Australia, Francia, España, Cuba y Japón. El primer día para los intereses nicas debería perder Japón contra Cuba. También hasta ahí llegaba la solidaridad política. Las baterías se recargan interminable y eternamente dispuestas ante el fuerte sol que aquí se nos dispensa.

Una cosa importante que hacemos cada mañana después de desayunar es repartir una libra de azúcar y arroz a cada una de nuestras familias; cada dos días será maíz, frijoles y aceite; finalmente iremos distribuyendo el café y los fresquitos comprados en una pulpería de La Trinidad. El agua deberemos irla a buscar lejos de las casas, con cubos acostumbran a hacerlo las mujeres, luego a la nuestra le echamos unas gotas mágicas desinfectantes. Gajes del oficio. Como ya sabíamos de antemano, hemos comprado más de la cuenta para no alimentar sólo a los que han tenido “la suerte” de alojarnos. A su vez se reparte a los más vinculados a la Cooperativa, pero eso se hace en otro momento y de forma menos oficiosa. Las cajas con todo el acopio precisamente quedaron donde Tito, que ahora es donde Oliver. También entre las cajas están los imprescindibles medicamentos (pulmonares, estomacales, contra dolores, vitaminas básicas… es lo que más se usa) para el Centro de Salud, que muy cerca de la zona se abre y se cierra según las necesidades. En el futuro se espera abrir más frecuentemente y con alguien que se ocupe realmente del mismo, que puede ser perfectamente Melania. Y luego una última caja con material escolar, mucho del cual ya nos acompaña desde España (bolígrafos, libros, alguno de los cuales se ha colado en lengua catalana, tizas, libretas…); deberemos pues hablar con algunas de las maestras que se acercan a la zona para ver cómo se realiza el reparto. Una de ellas es de Chagüite Blanco mismo, la otra viene raramente desde Estelí. Sólo atienden al Preescolar con unos medios infrahumanos, si podemos imaginar el frío del invierno y la lejanía de algunas comunidades desde las que acuden algunos estudiantes, las lluvias frecuentes, la no existencia de caminos… Con ellas enseñaremos a jugar a los chavalos de la zona a los enredos típicos catalanes como pueden ser el “pica pared”, “arrancar cebollas”, “las sillas”…

NICARAGUA 1997 / Capítulo 14


CAPÍTULO 14: LA TIERRA PROMETIDA DE CHAGÜITE BLANCO


No es ésta una tierra muy transitada por el hombre blanco. El año pasado se había gozado de la visita de Tomás, un cooperante español del cual ya no han sabido nada más, eso sí se acuerdan de su vuelta gravemente enfermo de una excursión de dos días a una de las islas del Lago Managua. Hace dos años tuvieron a otro español llamado Mateo, y sólo un poco antes a una estadounidense que llegó desde Texas.

Son muchos los viajes de ida y de vuelta, con diferentes significados emocionales y casi espirituales. Este año mismo, en Managua, nos encontramos con un grupo de antiguos cooperantes catalanes que se habían reencontrado de nuevo en el país después de que uno de sus compañeros muriera en el año 1995; recuerdo los nombres de Josep Maria (el coordinador del proyecto en Matagalpa), el propio director de Setem, o sea Toni, Roger, Àngels, Carme y Anna.

Chagüite Blanco lo llevaremos en el corazón por el resto de nuestros días, así como recordaré siempre la inscripción de “Oliver”, hecha con tiza blanca sobre pizarra negra, en la pared interior de la casa de Tito, que seguramente hace que los miembros de su familia también me recuerden a su vez.

Mi compañero y amigo Albert se alojó el año pasado en el mismo Chagüite en la casa del largo y rudo Pedro, junto a su hijo Alexander, que también será un portento físico, y su hija Azucena. Con el paso de los años Albert pasaría y sería tres veces coronado por sus visitas reincidentes a Chagüite; tras Albert, Oliver sería por dos veces coronado. Y eso, estoy seguro, se mantiene en el imaginario popular de los habitantes de la comunidad. Pregunten por el chele blanco, español, medio alemán, que jugaba y reía con los pequeños, comía con entusiasmo, y disfrutaba del trabajo en el campo.

Me gusta pensar y recordar el hecho de que estoy seguro de que en Chagüite me hice amigo hasta de los “masates”, o sea las garrapatas de los perros y chanchos de mis vecinos, que ya casi habían pasado a ser miembros de mi propia familia y estirpe.

NICARAGUA 1997 / Capítulo 13

CAPÍTULO 13: TRÁNSITO POR LA TRINIDAD

Marcel y Montse, diez días antes de viajar a Nicaragua, se han hecho novios formalmente. En La Trinidad deciden dormir juntos y la familia que los acoge lo acepta de buen gusto, otro ejemplo de comprensión y solidaridad. Muchos empezarán a pensar que están casados, y mejor es así, más que intentar explicar otras versiones de acompañamiento o aparejamiento de tipo más occidental o europeo, por decir algo.

Me he despedido de Doña Cándida que también ha tenido que marcharse a Estelí a visitar a una amiga que se haya bastante enferma del corazón. Son amistades de lucha que también coinciden con su militancia sandinista.

Carmen y Nuria han pasado la noche en una casa muy linda, la de la Sra. Marta, que también cuenta con un salón principal muy grande, presidido por un gran aparato de televisión, e igualmente un jardín en dónde conviven diversos animales, entre los cuales un armadillo y un “chocoyo”, o sea, una especie de loro que no para de hablar y cantar.

Violeta se ha instalado junto a uno de los personajes más influyentes del comité, en la casa del cual también vive una hermana suya. La discreción, en general, en Nicaragua, es difícil de guardar, debido a que muchos de los espacios, pese a los esfuerzos de facilitar la intimidad, son compartidos por demasiadas personas a la vez. No ha sido una gran experiencia dormir con quien uno no desea, del mismo sexo o del sexo contrario, y eso aunque sea en camas diferentes. O sea que no estamos acostumbrados.

Hemos cargado en la furgoneta múltiples alimentos que harán falta en la Comunidad, entre ellos arroz y azúcar (que vienen de los Estados Unidos), libras de aceite, maíz, frijol medio, cebollas, pimientos, galletas y guisantes.

Tomamos primero la carreterita de San Benito y San Nicolás. Cuando ésta se termina nos quedamos en un espacio de nadie hasta el cual bajan unos burros desde Chagüite Blanco para cargar la mercancía y nuestros bultos. A partir de entonces deberemos andar dos horas y media más subiendo la montaña. Chagüite Blanco se encuentra en un altiplano, y allí se empieza a ver alguna casa que durante horas no hemos atisbado, vegetación, algún charco, destellos intensos de luz…

Al llegar a la primera casa nos reciben las mujeres con zumo natural de Tamarindo, Pitaya y Pozol. Detrás de ellas aparecen los miembros de la Cooperativa de la Comunidad representados por el Presidente Luis Santos, y el Vicepresidente, Fiscal, Tesorero y resto de Asambleístas, respectivamente. Voy memorizando los nombres de las personas que me parecen más entrañables de las presentes en el edificio sin muebles, totalmente vacío, en dónde nos reúnen: Roger, Pedro, Pablo… Son todos parcos en palabras, impone su presencia con ropas vaqueras, sombreros y machetes, todos ellos trabajan cultivando frijol.

Entre las principales preocupaciones de los cooperativistas está acabar de construir los siete quilómetros de carretera que faltan hasta llegar a Chagüite desde La Trinidad; luego está el tema de las becas escolares para que sus hijos puedan bajar precisamente a La Trinidad a continuar sus estudios; y, finalmente, está la piscifactoría, que ya lleva invertidos unos seis mil dólares, al mismo tiempo que también hablan de la posibilidad de promover proyectos de avicultura y engordar chanchos (cerdos), comunitariamente, con el objetivo de facilitar el alimento.

Nos cuentan que en el Municipio de La Trinidad existen setenta y cuatro comunidades poblacionales como la suya. Sólo dos de ellas son enteramente sandinistas como es el caso de “La Habana” y la propia “Chagüite Blanco”. La Alcaldesa de La Trinidad pertenece pues al Partido Liberal y está perjudicándoles claramente al ser de signo político contrario. Entre otras cosas está muy enemistada con Maru, que es la protectora de Chagüite en la cabecera municipal, a la vez que está acusada públicamente de malversación de fondos públicos. La Trinidad pertenece a la Región IV, con capitalía en Estelí, tradicional feudo sandinista y bastante pobre. En todo caso se matiza que Estelí Norte está más desarrollado que Estelí Sur. Entre las otras comunidades con el nombre de las cuales nos empezamos a familiarizar destacamos Santa Rosa, El Boscón, El Plan, Las Sidras, El Capulín y Las Correderas (ésta última al límite con la Región de Matagalpa, que también ahora es liberal, además de rica en café). De Matagalpa ahora recuerdo haber visto café de comercio justo con denominación de origen en algún anuncio publicitario en España (pues estoy allí al lado; siempre se atan cabos viajando, leyendo y visitando).