El amiguismo político del PSC
Pienso que cómo es posible que la Ejecutiva Nacional del PSC, primero dispare y luego pregunte; pienso que han perdido toda credibilidad de ser un partido democrático y de izquierdas.
Pienso que las nuevas corrientes de opinión no las podrán parar destituyendo a Oliver Klein, porque todos de alguna u otra manera somos Oliver Klein.
Pienso que el amiguismo político es una realidad que nos afecta a todos, afiliados, simpatizantes, a todos...
Se han cargado la democracia dentro del partido, la libertad de expresión de pensamiento de cada militante, sin remordimiento alguno.
Delante de estos hechos tan flagrantes que hemos vivido de tan cerca, no podemos dejar de luchar por conseguir justicia por todas y cada una de las troperías de las que hemos sido objeto.
los simpatizantes y compañeros de Oliver Klein.
Las declaraciones del compañero Oliver en prensa y televisión son un ejemplo de lo que tendría que prevalecer en una democracia.
Hablar como tu hablas, Oliver, es la forma correcta de expresarse en una democracia, pero ante este cinismo caciquil que estamos sufriendo, pienso que tendríamos que cambiar de discursos y hacerlos para que sean entendidos por el pueblo de Cambrils, explicando todos y cada uno de sus errores cometidos.
Si no nos defendemos con fuerza y convicción, de alguna manera traicionamos nuestras ideas y creencias.
Tenemos que responder de forma clara y concisa a esta gente que no se merece la confianza del pueblo de Cambrils.
Nuestra integridad moral nos obliga a luchar y defendernos de los ataques de gente que no cree en el PSC ni en la democracia, pero sí utiliza su nombre para sus fines políticos egoístas.
Llevan años deborando a gente que no comulga con ellos. No podemos consentir este abuso continuado que ha padecido mucha gente en Cambrils.
Posdata: Suelo escribir lo que pienso: Julián Aránega García, militante del PSC desde hace 5 años, y no creo que siga pagando la cuota si siguen tratándonos como a borregos.
sábado, 8 de enero de 2011
jueves, 6 de enero de 2011
REFLEXIONES DEL COMPAÑERO JOSÉ EMILIO SÁNCHEZ GÓMEZ
Reflexión de un militante del PSC después del FIASCO DEL 2010
Yo me hice militante porque siempre he sido de ideas socialistas, viendo ausencia de confianza del electorado general y la expansión de ideas xenófobas, independentistas y nacionalistas. He sido un votante fiel en todas las elecciones municipales, autonómicas, europeas y estatales. Otros con esta misma inquietud hicieron lo mismo, hacerse militante, no sólo en la Agrupación de Cambrils a la que pertenezco sino en otras agrupaciones. Mi decepción ha sido grande por que aún así hemos perdido estrepitosamente, pero no sólo me he decepcionado por los resultados, sino por la actitud de los responsables de nuestras agrupaciones, federaciones, etc..., está claro que no es un fracaso de Montilla sino de TODOS.
ELLOS NO VIVEN EN EL MUNDO DEL TRABAJADOR QUE ES SU PRINCIPAL VOTANTE, ése que no trabaja sólo en las grandes empresas sino que LA GRAN MAYORÍA TRABAJA EN LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA, que ha sido el sector mas ARRASADO por la CRISIS. ¿Y qué es lo que ha visto la gran masa de población? Pues que han ABANDERADO SÓLO políticas sociales que EN SU OPINIÓN, dirigidas más A OTROS SECTORES QUE A ELLOS QUE ERAN LOS MAS AFECTADOS POR ESTA CRISIS, que no han sabido reaccionar en las políticas de empleo y QUE SE HAN CENTRADO EN EL SOBERANISMO NO DANDO UNA IDEA CLARA DE QUÉ significa concretamente; total que nos han visto SIN IDEAS y han votado a los que TENÍAN CLARO que es lo que quieren.
Otra de mis decepciones es la reacción ante todo esto: creo que el partido TIENE QUE REACCIONAR YA ESTE MES Y NO ALARGARLO MÁS, que sólo quedan para las municipales unos seis meses y aqui sólo dimite Montilla; ¿Y LOS DEMÁS ? - SIGUEN AGARRADOS A SU SILLA O HARÁN UN PENSAMIENTO Y COMENZARÁN A ESCUCHAR A LA MILITANCIA, QUE HACE TIEMPO QUE LES ESTÁ GRITANDO Y NADIE LE RESPONDE.
VOY A CONTESTAR YO MISMO: Sí que responden los VIEJOS DINOSAURIOS, decapitando o lapidando a toda persona o grupo que no opina igual, y que, dando ideas y conceptos nuevos, directamente éstos NO SON TOMADOS EN CUENTA, y, SEGÚN EN QUE ÁMBITO SE DIGAN, agrupaciones, federación, etc..., se toman como critica personal y es por ello que es lógico que se sientan aludidos y piensen que los quieren hechar de SU SILLA.
(http://mencalas.blogspot.com)
Yo me hice militante porque siempre he sido de ideas socialistas, viendo ausencia de confianza del electorado general y la expansión de ideas xenófobas, independentistas y nacionalistas. He sido un votante fiel en todas las elecciones municipales, autonómicas, europeas y estatales. Otros con esta misma inquietud hicieron lo mismo, hacerse militante, no sólo en la Agrupación de Cambrils a la que pertenezco sino en otras agrupaciones. Mi decepción ha sido grande por que aún así hemos perdido estrepitosamente, pero no sólo me he decepcionado por los resultados, sino por la actitud de los responsables de nuestras agrupaciones, federaciones, etc..., está claro que no es un fracaso de Montilla sino de TODOS.
ELLOS NO VIVEN EN EL MUNDO DEL TRABAJADOR QUE ES SU PRINCIPAL VOTANTE, ése que no trabaja sólo en las grandes empresas sino que LA GRAN MAYORÍA TRABAJA EN LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA, que ha sido el sector mas ARRASADO por la CRISIS. ¿Y qué es lo que ha visto la gran masa de población? Pues que han ABANDERADO SÓLO políticas sociales que EN SU OPINIÓN, dirigidas más A OTROS SECTORES QUE A ELLOS QUE ERAN LOS MAS AFECTADOS POR ESTA CRISIS, que no han sabido reaccionar en las políticas de empleo y QUE SE HAN CENTRADO EN EL SOBERANISMO NO DANDO UNA IDEA CLARA DE QUÉ significa concretamente; total que nos han visto SIN IDEAS y han votado a los que TENÍAN CLARO que es lo que quieren.
Otra de mis decepciones es la reacción ante todo esto: creo que el partido TIENE QUE REACCIONAR YA ESTE MES Y NO ALARGARLO MÁS, que sólo quedan para las municipales unos seis meses y aqui sólo dimite Montilla; ¿Y LOS DEMÁS ? - SIGUEN AGARRADOS A SU SILLA O HARÁN UN PENSAMIENTO Y COMENZARÁN A ESCUCHAR A LA MILITANCIA, QUE HACE TIEMPO QUE LES ESTÁ GRITANDO Y NADIE LE RESPONDE.
VOY A CONTESTAR YO MISMO: Sí que responden los VIEJOS DINOSAURIOS, decapitando o lapidando a toda persona o grupo que no opina igual, y que, dando ideas y conceptos nuevos, directamente éstos NO SON TOMADOS EN CUENTA, y, SEGÚN EN QUE ÁMBITO SE DIGAN, agrupaciones, federación, etc..., se toman como critica personal y es por ello que es lógico que se sientan aludidos y piensen que los quieren hechar de SU SILLA.
(http://mencalas.blogspot.com)
martes, 4 de enero de 2011
DRET A REPLICA: LA POLITICA
Oliver Klein Bosquet, Regidor de l’Ajuntament de Cambrils (Diari de Tarragona, Desembre 2010)
No utilitzaré pas aquestes línies tan valuoses per parlar de la quantitat de mentires versades sobre la meva persona per part del Primer Secretari de l’Agrupació Local del PSC i Alcalde de Cambrils, ja que per aquesta qüestió en concret em reservo la possibilitat d’actuar amb els mitjans que proporciona la justícia ordinària que defensa qualsevol ciutadà d’aquest país davant de la calúmnia i de la injúria gratuïta del que es mostra nerviós i fora de qualsevol lògica.
M’interessa molt més donar a conèixer a l’opinió pública la meva aposta per aconseguir una vida interna dintre dels partits polítics que governen la nostra democràcia més dinàmica i on prevalgui el joc net per davant de qualsevol cosa, el debat i el benefici de la majoria, des del respecte a la minoria, com havia d’haver estat sempre. Per tot plegat convindria parlar més de ‘servei’ públic’ que de ‘poder’. La prèdica ha de començar a regenerar-se des de dintre mateix de l’organització i transformar-se en exemple per la societat. No podem omplir-nos la boca de la paraula mateixa ‘democràcia’ i funcionar des d’un sistema altament arcaic, jerarquitzat i on domina la part executiva d’uns pocs per davant de la voluntat de tota una militància plural. Cal doncs tornar-se a democratitzar.
Horitzontalitzar la presa de decisions perquè com a mínim tots els que optin per la vida política de base puguin estar ben informats. Donar compte als afiliats de les decisions que es prenen dintre del partit o en els àmbits de representació. Exigència de transparència i foment de la participació ciutadana oberta a tots els nivells. Limitació de mandats i repartiment de càrrecs tant a nivell orgànic com públic ja que són moltes les persones preparades que esperen i han de tenir la seva oportunitat de col.laborar en qualsevol projecte comú sense haver de caure en l’error de la concentració (els partits han de ser multilaterals i treballar en xarxa). Com es pot fer possible? Obrint la discussió a tota la gent implicada, no retardant més uns temes inajornables, com són opinar directament sobre la transformació diària de la nostra vida. Prioritzant els interessos de tot un col.lectiu per davant dels interessos personals. Donant el relleu a noves generacions que volen impulsar una nova agenda. El canvi de discurs doncs ha de ser paral.lel al canvi de les persones, sense les quals ni serem creïbles ni engrescarem ningú més dels ja convençuts.
Hem de tornar tots a ser companys, a procurar sumar, a estar a les dures i les madures, sense que hi hagi qui es cregui imprescindible quan en aquests moments precisos tothom resulta necessari. Efectivament cal tornar a engrescar la població, que no sap diferenciar entre les diverses ideologies i actituds existents, degut sobretot a què no hem sabut explicar millor el nostre relat ni hem sabut coincidir amb les necessitats bàsiques dels ciutadans que ens observen atònits. No n’hi ha prou en arranjar jardins i millorar les voreres, o construir grans edificis, si tot això no es veu acompanyat d’un sentiment de credibilitat i confiança que no es té ‘per se’ sinó que es reconeix.
Quin és l’objectiu? Que guanyi la política, i no baixi encara més per sota dels nivells de desafecció que ja hem conegut. Una política que no s’ha de confondre amb la gestió pública ordinària d’una administració. Cal omplir-li de nou de contingut i no val només maquillar-la perquè tothom ja ha entès en quin punt greu ens trobem. Aquesta és la meva proposta, que crec que es pot entendre fàcilment, totalment necessària i oportuna. Ètica, estètica i sostenibilitat (pensar no tan sols en el present immediat, sinó en el dia de demà, quan vindran mal dades, i en passat demà, perquè per això mateix tenim preparat l’exèrcit de reserva). Coherència. Solidaritat. Eficàcia. Eficiència.
Valgui per a qui valgui, com es diu a casa meva.
No utilitzaré pas aquestes línies tan valuoses per parlar de la quantitat de mentires versades sobre la meva persona per part del Primer Secretari de l’Agrupació Local del PSC i Alcalde de Cambrils, ja que per aquesta qüestió en concret em reservo la possibilitat d’actuar amb els mitjans que proporciona la justícia ordinària que defensa qualsevol ciutadà d’aquest país davant de la calúmnia i de la injúria gratuïta del que es mostra nerviós i fora de qualsevol lògica.
M’interessa molt més donar a conèixer a l’opinió pública la meva aposta per aconseguir una vida interna dintre dels partits polítics que governen la nostra democràcia més dinàmica i on prevalgui el joc net per davant de qualsevol cosa, el debat i el benefici de la majoria, des del respecte a la minoria, com havia d’haver estat sempre. Per tot plegat convindria parlar més de ‘servei’ públic’ que de ‘poder’. La prèdica ha de començar a regenerar-se des de dintre mateix de l’organització i transformar-se en exemple per la societat. No podem omplir-nos la boca de la paraula mateixa ‘democràcia’ i funcionar des d’un sistema altament arcaic, jerarquitzat i on domina la part executiva d’uns pocs per davant de la voluntat de tota una militància plural. Cal doncs tornar-se a democratitzar.
Horitzontalitzar la presa de decisions perquè com a mínim tots els que optin per la vida política de base puguin estar ben informats. Donar compte als afiliats de les decisions que es prenen dintre del partit o en els àmbits de representació. Exigència de transparència i foment de la participació ciutadana oberta a tots els nivells. Limitació de mandats i repartiment de càrrecs tant a nivell orgànic com públic ja que són moltes les persones preparades que esperen i han de tenir la seva oportunitat de col.laborar en qualsevol projecte comú sense haver de caure en l’error de la concentració (els partits han de ser multilaterals i treballar en xarxa). Com es pot fer possible? Obrint la discussió a tota la gent implicada, no retardant més uns temes inajornables, com són opinar directament sobre la transformació diària de la nostra vida. Prioritzant els interessos de tot un col.lectiu per davant dels interessos personals. Donant el relleu a noves generacions que volen impulsar una nova agenda. El canvi de discurs doncs ha de ser paral.lel al canvi de les persones, sense les quals ni serem creïbles ni engrescarem ningú més dels ja convençuts.
Hem de tornar tots a ser companys, a procurar sumar, a estar a les dures i les madures, sense que hi hagi qui es cregui imprescindible quan en aquests moments precisos tothom resulta necessari. Efectivament cal tornar a engrescar la població, que no sap diferenciar entre les diverses ideologies i actituds existents, degut sobretot a què no hem sabut explicar millor el nostre relat ni hem sabut coincidir amb les necessitats bàsiques dels ciutadans que ens observen atònits. No n’hi ha prou en arranjar jardins i millorar les voreres, o construir grans edificis, si tot això no es veu acompanyat d’un sentiment de credibilitat i confiança que no es té ‘per se’ sinó que es reconeix.
Quin és l’objectiu? Que guanyi la política, i no baixi encara més per sota dels nivells de desafecció que ja hem conegut. Una política que no s’ha de confondre amb la gestió pública ordinària d’una administració. Cal omplir-li de nou de contingut i no val només maquillar-la perquè tothom ja ha entès en quin punt greu ens trobem. Aquesta és la meva proposta, que crec que es pot entendre fàcilment, totalment necessària i oportuna. Ètica, estètica i sostenibilitat (pensar no tan sols en el present immediat, sinó en el dia de demà, quan vindran mal dades, i en passat demà, perquè per això mateix tenim preparat l’exèrcit de reserva). Coherència. Solidaritat. Eficàcia. Eficiència.
Valgui per a qui valgui, com es diu a casa meva.
LA NECESARIA REVOLUCION EN LOS PARTIDOS POLITICOS
Articulo del companero socialista navarro Jose Luis Uriz
En los últimos tiempos, quizás porque mi “tema” dentro del PSOE me ha hecho estar más atento a estas cuestiones, he tenido conocimiento de numerosos casos de respuestas pura y duramente disciplinarias a lo que debiera ser exclusivamente un debate político claro y transparente.
Siempre he denunciado la situación en el interior de los partidos políticos -de todos ellos- en lo que se refiere a la falta de democracia interna. Los partidos nacieron en el siglo XIX y prácticamente no han evolucionado nada en esta cuestión. Se han convertido en una maquinaria electoral desideologizada en la que prima exclusivamente la disciplina -sumisión en mi opinión-, cercenando cualquier debate, cualquier disidencia que pueda suponer un peligro para las élites que los dirigen, aunque generalmente la disfracen con el ropaje de que eso debilita al partido y es castigado electoralmente por la sociedad.
Es probable que esto último sea cierto, ya que la sociedad actual aunque siga considerando a los políticos como uno de sus mayores problemas, castiga cuando en el interior se manifiestan riquezas ideológicas, debates enriquecedores. Esa contradicción es utilizada por sus dirigentes para cortar de raíz cualquier disidencia, cualquier discrepancia con el poder establecido, utilizando un instrumento cruel y deleznable que se conoce como “medidas disciplinarias”. Al principio como amenaza y a la larga con su aplicación estricta.
Por eso en los Estatutos que rigen su vida interna y externa, el apartado disciplinario es el más extenso. En lo que conozco tengo la sensación que todos ellos son claramente inconstitucionales, infringiendo muchos de los derechos básicos contemplados en nuestra Constitución.
Lo normal debiera ser que un afiliado tuviera los mismos derechos como ciudadano que como militante, y que las normas básicas que rigen la vida fuera de los partidos fueran de aplicación también dentro.
Lamentablemente eso no es así, y por eso en los últimos tiempos conflictos que debieran ser solucionados en clave interna trascienden al ámbito judicial. Qué mal está esto cuando ocurre una circunstancia así.
Quizás sea este el momento, aunque sólo fuera para recuperar la confianza perdida en el seno de nuestra sociedad, de poner fin a esta situación y emprender una profunda transformación de los Partidos Políticos en nuestro país. Quizás el primero que tenga el valor de hacerlo acabe teniendo un plus electoral inesperado.
Conseguir que dejen de ser una maquinaria al servicio de sus dirigentes, una fuente de empleo que genera dependencia a quien tiene el poder de repartirlo, que conviertan sus paredes de acero en cristales transparentes, con una mayor democracia interna, fomentando la libertad de expresión, debates activos, rotación constante en su dirección, incompatibilidad de cargos, límite de mandatos, listas electorales abiertas, etc, etc. Que se conviertan realmente en instrumentos al servicio de la sociedad, en los que cualquier cargo suponga un esfuerzo y no una prebenda.
Quizás sea éste el momento de abrir ese debate, dentro y fuera de los mismos, al menos en los de izquierdas como el propio PSOE, con valentía, imaginación y audacia. Partiendo de una base fundamental: que todas las actuaciones disciplinarias abiertas queden en suspenso. Una especie de amnistía política que permita participar en el mismo a todas aquellas personas que tienen algo que aportar. Porque son precisamente éstas, las que han tenido el valor de enfrentarse a los “aparatos”, las que tienen una mayor capacidad intelectual y por eso están en esa situación. Probablemente lo más valioso de cada partido haya estado o esté bajo el peso de esa terrible disciplina interna.
Somos más quienes estamos a favor de esa profunda reforma. Los que apostamos porque el aire fresco inunde sus salas y despachos, que sean los más valiosos, quienes más valía intelectual e ideológica tengan y no los más serviles, lameculos, burócratas vulgares, los que dirijan estas naves. Somos más quienes desde la base -porque la base es inmensamente mayor que las cúpulas dirigentes- estamos exigiendo esos cambios, y quizás sea bueno y saludable que una profunda revolución interna acabe con el sistema actual.
Ahí estamos, ahí estaremos, ahora sólo falta que más se unan a esta cruzada. La política y la sociedad necesitan de esa revolución.
En los últimos tiempos, quizás porque mi “tema” dentro del PSOE me ha hecho estar más atento a estas cuestiones, he tenido conocimiento de numerosos casos de respuestas pura y duramente disciplinarias a lo que debiera ser exclusivamente un debate político claro y transparente.
Siempre he denunciado la situación en el interior de los partidos políticos -de todos ellos- en lo que se refiere a la falta de democracia interna. Los partidos nacieron en el siglo XIX y prácticamente no han evolucionado nada en esta cuestión. Se han convertido en una maquinaria electoral desideologizada en la que prima exclusivamente la disciplina -sumisión en mi opinión-, cercenando cualquier debate, cualquier disidencia que pueda suponer un peligro para las élites que los dirigen, aunque generalmente la disfracen con el ropaje de que eso debilita al partido y es castigado electoralmente por la sociedad.
Es probable que esto último sea cierto, ya que la sociedad actual aunque siga considerando a los políticos como uno de sus mayores problemas, castiga cuando en el interior se manifiestan riquezas ideológicas, debates enriquecedores. Esa contradicción es utilizada por sus dirigentes para cortar de raíz cualquier disidencia, cualquier discrepancia con el poder establecido, utilizando un instrumento cruel y deleznable que se conoce como “medidas disciplinarias”. Al principio como amenaza y a la larga con su aplicación estricta.
Por eso en los Estatutos que rigen su vida interna y externa, el apartado disciplinario es el más extenso. En lo que conozco tengo la sensación que todos ellos son claramente inconstitucionales, infringiendo muchos de los derechos básicos contemplados en nuestra Constitución.
Lo normal debiera ser que un afiliado tuviera los mismos derechos como ciudadano que como militante, y que las normas básicas que rigen la vida fuera de los partidos fueran de aplicación también dentro.
Lamentablemente eso no es así, y por eso en los últimos tiempos conflictos que debieran ser solucionados en clave interna trascienden al ámbito judicial. Qué mal está esto cuando ocurre una circunstancia así.
Quizás sea este el momento, aunque sólo fuera para recuperar la confianza perdida en el seno de nuestra sociedad, de poner fin a esta situación y emprender una profunda transformación de los Partidos Políticos en nuestro país. Quizás el primero que tenga el valor de hacerlo acabe teniendo un plus electoral inesperado.
Conseguir que dejen de ser una maquinaria al servicio de sus dirigentes, una fuente de empleo que genera dependencia a quien tiene el poder de repartirlo, que conviertan sus paredes de acero en cristales transparentes, con una mayor democracia interna, fomentando la libertad de expresión, debates activos, rotación constante en su dirección, incompatibilidad de cargos, límite de mandatos, listas electorales abiertas, etc, etc. Que se conviertan realmente en instrumentos al servicio de la sociedad, en los que cualquier cargo suponga un esfuerzo y no una prebenda.
Quizás sea éste el momento de abrir ese debate, dentro y fuera de los mismos, al menos en los de izquierdas como el propio PSOE, con valentía, imaginación y audacia. Partiendo de una base fundamental: que todas las actuaciones disciplinarias abiertas queden en suspenso. Una especie de amnistía política que permita participar en el mismo a todas aquellas personas que tienen algo que aportar. Porque son precisamente éstas, las que han tenido el valor de enfrentarse a los “aparatos”, las que tienen una mayor capacidad intelectual y por eso están en esa situación. Probablemente lo más valioso de cada partido haya estado o esté bajo el peso de esa terrible disciplina interna.
Somos más quienes estamos a favor de esa profunda reforma. Los que apostamos porque el aire fresco inunde sus salas y despachos, que sean los más valiosos, quienes más valía intelectual e ideológica tengan y no los más serviles, lameculos, burócratas vulgares, los que dirijan estas naves. Somos más quienes desde la base -porque la base es inmensamente mayor que las cúpulas dirigentes- estamos exigiendo esos cambios, y quizás sea bueno y saludable que una profunda revolución interna acabe con el sistema actual.
Ahí estamos, ahí estaremos, ahora sólo falta que más se unan a esta cruzada. La política y la sociedad necesitan de esa revolución.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)