Carmen: Miércoles 22 de agosto
Carmen se sincera y nos habla de ella. Tiene 42 años, „soy muy loca y me encanta hacer amigos“. Estudió periodismo, trabajó en la emisora más importante de Quito y luego firmó por la Presidencia de la República con la que colaboró desde diferentes ámbitos. Antes de abandonar estos trabajos de prestigio por otros de tipo más social pasó casi un año en los Estados Unidos, lo que había sido el sueño de su vida, tiempo suficente como para darse cuenta de que no le gustaba su vida allí. A su vuelta empezó a trabajar para una fundación religiosa en la que descubrió el fraude de un cura que desviaba fondos internacionales para su propio bolsillo. Luego trabajó con niños de barrios marginales y discapacitados hasta que se le ocurrió lo de aprovechar las tierras de su padre y lo de fundar el Proyecto. „Al que mucho ahorca poca aprieta“, gusta repetir. Está orgullosa del desarrollo del proyecto en Chiriboga desde que casi no tenían nada hasta que consiguieron construir un buen alojamiento para los voluntarios, unos baños y un comedor para los niños de la escuela. Por Chiriboga han pasado muchos alemanes, sobre todo, venidos gracias a una organización con sede en Stuttgart, pero también muchos estadounidenses, españoles, japoneses, finlandeses... todos se llevaron una parte de Chiriboga en sus mochilas. Hoy en día la Fundación ha abierto nuevos campos de actuación fuera de Chiriboga, concretamente en Guarumal, no muy lejos; Chillanes, Peseta y en diversas comunidades del Amazonas. El objetivo final de todos estos pequeños proyectos es crear una organización autosostenible en la que predominen el respeto por el medio ambiente y la preponderancia de la educación de los niños y adolescentes.
Después de la presentación que estábamos esperando hace tiempo, hoy toca seguir hablando del Ecuador actual desde una perspectiva sociológica. Ecuador tiene concentrada toda la variedad de Colombia en un espacio más pequeño. Realmente se parecen estos dos países que llegaron a ser hermanos y que ahora se mantienen primos. El mismo abuelo de Carmen, el primer propietario de las tierras de Chiriboga, era colombiano, tiempos cuando se pasaba la frontera a menudo, se vivía aquí o allá, sin preferencias. Se dice igualmente que por Chiriboga, después de la Segunda Guerra Mundial, se instaló un alemán, seguramente antiguo militar nazi. También se comenta la estancia de un italiano y de una holandesa antes de la nueva oleada de voluntarios extranjeros. En Ecuador la leyenda tiene un espacio ancho para su disfrute.
El país en cuestión, como decíamos, es pura mezcla. Esmeraldas y Manabí han llevado a la raza negra a sus máximas cuotas de representatividad, vigor e imaginación. Actualmente los negros de la costa, a los que muchos llaman aún peyorativamente „monos“, han logrado heredar una rica herencia cultural. Los negros de que hablamos, esclavos traídos desde el África Occidental para trabajar en las nuevas propiedades españolas, ganaron y desplazaron a los indígenas de la zona. Ruminahui, el general heroico de Atahualpa, defendió su pedazo de tierra con los dientes frente a los hispanos, pero con el tiempo sus descendientes tuvieron que acostumbrarse a vivir con los recién llegados, no sólo europeos, sino que también africanos. Y que conste que vivir juntos nunca quiso decir vivir mezclados, ya que es rarísimo encontrar una pareja formada por indio y africano, o viceversa. Si Otavalo es el símbolo del Ecuador andino, el Chota representa algo parecido para la comunidad negra que se sitúa entre Imbabura e ibarra. Sus mujeres son de belleza y laboriosidad reconocida, pero que decir de su música. A los rondadores y a las samponas andinas, esas flautas mágicas que pasean por todo el mundo, hoy día se han unido músicas mestizas pero más bien negras somo son los Vallenatos y las Cumbias, que ya no son Cumbias sinó Techno-Cumbias. Un grupo y un cantante preferido, entre otros muchos: Tierra Canela y el esmeraldeño Widingson. A parte se oye de todo, o sea, todo lo del hemisferio en cuestión: bachata, merengue, salsa, rancheras, mariachis... Entre algunos de los pobladores de este país encantador decido definitivamente tomar opción por el „montubio“, el campesino esforzado de la costa, brabucón y sencillo, amable y carinoso.
Ecuador se proclamó independiente de la Corona Española con la victoria de Pichincha, el 24 de mayo de 1822, al consumirse los derechos de Bolívar, „el árbitro de la paz y de la guerra, e incorporarse a la Gran Colombia en la cual perduraría hasta el Congreso Ecuatoriano de 1831. Hasta el día de hoy, si hablamos de Ecuador como una unidad, debemos referirnos a los indígenas que vivieron en su territorio actual hasta la llegada de los incas; las diferentes tribus que nunca se adaptaron a la conquista; los mismos incas en sus dinastía de los ayllus; los jíbaros que conocemos por su técnica reductiva de cabezas humanas (las llamadas „tzantzas“) y los demás indios amazónicos; los mestizos, algunos de los cuales ya durante la colonia obtuvieron cierto prestigio, caso de Eugenio de Santa Cruz y Espejo; los costeños-africanos; los europeos; colombianos y un largo etcétera. Sólo desde la pluralidad y la mezcla se puede entender al Ecuador multicolor que conocemos. Estos hombres descritos son el testimonio hoy de la presencia infinita de su especie en el Ecuador.
DIARI ÍNTIM PERÒ PÚBLIC. En aquest blog vull parlar sobre les coses que observo i em preocupen, perquè les estimo: el temps que són els dies que passen i cal aprofitar; les persones que es creuen amb mi; i, finalment, els països, pobles, indrets, racons... que descobreixo poc a poc. Nascut el 1976, soc Professor de Ciencia Política a la Universitat Rovira i Virgili (URV) de Tarragona. Tambe soc Regidor i Portaveu del Nou Moviment Ciutada (NMC) a l'Ajuntament de Cambrils.
sábado, 22 de agosto de 2009
miércoles, 19 de agosto de 2009
ECUADOR 4
Breve introducción a la Fundación Proyecto Ecológico Chiriboga: Martes 21 de agosto
El desayuno se sirve a las 6:30 horas de la mañana: huevos con tomate, jugo de piña, panecillo con mantequilla y mermelada casera de mora y papaya. Café con leche, cacao y queso blanco salado. Creo que hace meses que no desayunaba tan bien, al menos no en Saarbruecken, donde ni tan siquiera desayunaba. Antes de las 8h. hay que estar en la Oficina porque vamos a continuar con algo sobre la historia del país. Nos la cuenta Carmen.
En Ecuador, como en otros países latinoamericanos, predominaron durante mucho tiempo las dictaduras militares, y aún hoy el poder militar es muy grande si comparamos el país con una democracia europea. La etapa precolombina fue muy fructífera desde el punto de vista de las aportaciones de diferentes culturas indígenas, desde la Machalilla, pasando a la Chorrera, los Narrios-Tuncahuans, los Hantenas-Huancavilcas y los Incas de Atahualpa. A grandes rasgos, Quito logró convertirse en capital de parte del Imperio Inca antes de la llegada de los españoles, que aprovecharon la división entre éstos últimos, invasores venidos desde el Perú, para vencerles. Los trazos culturales incas en Ecuador hoy en día no son tan fuertes como en Perú, aunque sus paisajes y algunas ruinas suyas no tienen nada que enquividiarle. Los españoles hicieron y deshicieron a su antojo, se mezclaron para tener hijos aunque nunca para gobernar. Más tarde, el héroe de la independencia del continente, Simón Bolívar, visitó el país durante largos periodos de tiempo, ya sea invitado por el General Sucre que aquí combatía, o por el amor que profesaba por alguna de sus paisanas, cuando aún estaba vivo el proyecto que dio existencia a la Gran Colombia. Los últimos acontecimientos políticos en Ecuador no han pasado desapercibidos para el resto del planeta, desde la última Guerra con Perú en 1942 hasta la actualidad, pasando por los destituidos presidentes Abdalá Bucaram y Jamil Majuad. El presidente de turno es el licenciado Gustavo Noboa que ganó las últimas elecciones por un escaso margen. El Ecuador que Majuad le entregó es aquel que regaló parte del territorio nacional a Perú, en 1985, mediante el Tratado de Fuentemosquera, y el que optó por iniciar la dolarización de la economía ecuatoriana, lo que traducido significó la eliminación de un sablazo de la moneda nacional, hasta entonces „el sucre“. En cuanto a la economía, el país sobrevive a penas, ya que nunca dejó de ser un país agrario que chocó con algunos beneficios indirectos de la producción de petróleo. Hoy se habla de ecoturismo. Mientrastanto han quebrado unos quince bancos en los últimos diez años. Cuánto a Derechos Humanos sólo hay que señalar la pésima situación de las cárceles.
Después de la historia, los chicos que ya llevan más tiempo en Quito nos invitan a ir a la zona comercial del centro de la ciudad que no queda muy lejos de la Oficina. Oficialmente se llama „la zona alrededor de la Avenida Amazonas“, pero nosotros hemos tardado poco para rebautizarla con el nombre de „Gringolandia“. Se trata pues de un oasis de luces y publicidad capitalista que contrasta con el resto conocido de la ciudad. El primer objetivo en Gringolandia es lanzarse sobre las tiendas que ofrecen servicios de telefonía internacional y de internet. Otro grupito se decide ya por visitar las Oficinas de Turismo y Agencias de Viajes que inundan la misma calle. Empezamos a hablar de visitar la Mitad del Mundo y Otavalo. Nuestro punto de encuentro a partir de ahora será Papayanet.
El desayuno se sirve a las 6:30 horas de la mañana: huevos con tomate, jugo de piña, panecillo con mantequilla y mermelada casera de mora y papaya. Café con leche, cacao y queso blanco salado. Creo que hace meses que no desayunaba tan bien, al menos no en Saarbruecken, donde ni tan siquiera desayunaba. Antes de las 8h. hay que estar en la Oficina porque vamos a continuar con algo sobre la historia del país. Nos la cuenta Carmen.
En Ecuador, como en otros países latinoamericanos, predominaron durante mucho tiempo las dictaduras militares, y aún hoy el poder militar es muy grande si comparamos el país con una democracia europea. La etapa precolombina fue muy fructífera desde el punto de vista de las aportaciones de diferentes culturas indígenas, desde la Machalilla, pasando a la Chorrera, los Narrios-Tuncahuans, los Hantenas-Huancavilcas y los Incas de Atahualpa. A grandes rasgos, Quito logró convertirse en capital de parte del Imperio Inca antes de la llegada de los españoles, que aprovecharon la división entre éstos últimos, invasores venidos desde el Perú, para vencerles. Los trazos culturales incas en Ecuador hoy en día no son tan fuertes como en Perú, aunque sus paisajes y algunas ruinas suyas no tienen nada que enquividiarle. Los españoles hicieron y deshicieron a su antojo, se mezclaron para tener hijos aunque nunca para gobernar. Más tarde, el héroe de la independencia del continente, Simón Bolívar, visitó el país durante largos periodos de tiempo, ya sea invitado por el General Sucre que aquí combatía, o por el amor que profesaba por alguna de sus paisanas, cuando aún estaba vivo el proyecto que dio existencia a la Gran Colombia. Los últimos acontecimientos políticos en Ecuador no han pasado desapercibidos para el resto del planeta, desde la última Guerra con Perú en 1942 hasta la actualidad, pasando por los destituidos presidentes Abdalá Bucaram y Jamil Majuad. El presidente de turno es el licenciado Gustavo Noboa que ganó las últimas elecciones por un escaso margen. El Ecuador que Majuad le entregó es aquel que regaló parte del territorio nacional a Perú, en 1985, mediante el Tratado de Fuentemosquera, y el que optó por iniciar la dolarización de la economía ecuatoriana, lo que traducido significó la eliminación de un sablazo de la moneda nacional, hasta entonces „el sucre“. En cuanto a la economía, el país sobrevive a penas, ya que nunca dejó de ser un país agrario que chocó con algunos beneficios indirectos de la producción de petróleo. Hoy se habla de ecoturismo. Mientrastanto han quebrado unos quince bancos en los últimos diez años. Cuánto a Derechos Humanos sólo hay que señalar la pésima situación de las cárceles.
Después de la historia, los chicos que ya llevan más tiempo en Quito nos invitan a ir a la zona comercial del centro de la ciudad que no queda muy lejos de la Oficina. Oficialmente se llama „la zona alrededor de la Avenida Amazonas“, pero nosotros hemos tardado poco para rebautizarla con el nombre de „Gringolandia“. Se trata pues de un oasis de luces y publicidad capitalista que contrasta con el resto conocido de la ciudad. El primer objetivo en Gringolandia es lanzarse sobre las tiendas que ofrecen servicios de telefonía internacional y de internet. Otro grupito se decide ya por visitar las Oficinas de Turismo y Agencias de Viajes que inundan la misma calle. Empezamos a hablar de visitar la Mitad del Mundo y Otavalo. Nuestro punto de encuentro a partir de ahora será Papayanet.
martes, 18 de agosto de 2009
ECUADOR 3
El Proyecto: Lunes, 20 de agosto
El sol por la ventana me abrasa, ¡y sólo son las seis y media de la madrugada! He soñado profundamente y mi cabeza no ha parado de cabilar. Me levanto pues con una energía inusual, estaba esperando el momento. Todo transcuye rápido.
Muy pronto, los voluntarios recién llegados, y algunos que llevan ya casi una semana esperando que se inaugure la misión, empezamos a concentrarnos en el tema que nos ha llevado hasta aquí. Un suizo y otro alemán son la excepción ya que llevan un mes en el país porque decidieron venir antes para aprender algo del idioma. Como es el primer día no hay horario ni tareas a parte de desplazarnos hasta la Oficina de la Fundación en el mismo centro de la ciudad. Aquí aprendemos algo que no deberemos olvidar hasta el fin de nuestra estancia en Ecuador-Quito: para ir de la casa de Carmen, que es donde dormimos, a la oficina central de la Fundación, hay que tomar los buses en los que se indica „Vicentina Tuneles“, a veces con las variaciones „Chillo Gallo“ o „Barrio La Magdalena“; hay que saber bien en que lado de la calle tomamos el bus y debemos prepararnos a pagar el precio exacto, sinó no hay vuelta (cambio, quiero decir), entre otras cosas, porque subir y bajar del vehículo se hace a una velocidad supersónica.
Seguimos pues hablando del Proyecto en cuestión que se ubica en un poblado de 200 almas llamado Chiriboga. Chiriboga se encuentra a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar y pertenece administrativamente a la Municipalidad de Quito, a pesar de hayarse por la maltrecha carretera que le comunica a casi tres horas de la capital. El Proyecto empezó a funcionar hace exactamente cuatro años, en 1998, y se planteó también como una oportunidad para el intercambio intercultural, aunque principalmente su razón de ser se encuentra en la preservación del medio natural. Más específicamente los voluntarios que han pasado por allí se han dedicado a tareas de reforestación, limpieza de maleza y, sobre todo, plantación de los arbolitos conocidos con el nombre de Sangre de Drago. Arbolitos que con el paso del tiempo se convierten en arbolazos. La familia de Carmen, nos cuenta ella misma, después de pasar esas tierras al Estado, ahorró para comprárselas. Ahora con la Ayuda del Instituto Geográfico Militar debe limitar su extensión, para lo que deberemos abrir un camino por en medio de la montaña.
En los últimos años la Fundación ha sido agraciada con la atención de los medios informativos porque no casualmente sus propiedades se encuentrar en la misma dirección por donde pasan y se construyen los oleoductos que comunican la costa ecuatoriana con Colombia. Los famosos pipe-lines de Asia Central también existen en América Latina. Es la primera vez que los veo. Conozco la problemática. Me he interesado antes por lo que pasa en Nigeria, Azerbayán o Turkmenistán, por citar unos ejemplos.
El impacto de la instalación de las petroleras en plena cordillera andina, aún peor en el Amazonas, es desastroso. En la zona de Chiriboga contamos con dos tubos enormes que cruzan su territorio, uno está destinado al crudo pesado y el otro a la gasolina que nosotros conocemos, aunque existe ya en proceso de construcción un tercer tubo. Hoy en día el propietario de todo esto es la compañía estatal Petroecuador después de haber negociado hace años con las primeras compañías perforadoras extranjeras, Texaco, Gulf, Exxon... Mas lo más grave del asunto no son las perturbaciones medioambientales de su imposición o el choque cultural que provocaron a la población indígena: lo más grave son los derrames que se producen muy a menudo del líquido transportado. Recientemente, en 1999 y 2001, se producieron derrames que pudieron ir en un caso de los 36.000 barriles a los 20.500 en otro. Las cosechas y la vegetación autóctona, así como la fauna, resultan afectadas de muerte por esta contaminación, e incluso los granjeros que utilizan el agua no potable de la zona para cocinar o lavarse pueden correr grave peligro. Petroecuador alega que se tratan siempre de ataques terroristas, utilizando un argumento al que la población es muy sensible desde que las FARC colombianas penetran en su territorio, aunque probablemente se traten de pequeños sabotajes realizados por grupos de campesinos, o por los mismos trabajadores de la empresa, que revenden el material.
Por la tarde me toca ir a buscar a Catherine al aeropuerto. De nuevo el avión de Iberia ha olvidado unas maletas, seguramente en el trayecto de Bruselas a Madrid, donde todos los destinos de la compañía española hacen escala. Después de la cena servida en casa de Carmen aprovechamos para conocernos más a fondo. Me sorprenden un chico y una chica vasca que contactaron con el Proyecto gracias a las gestiones de su Gobierno autónomo. En general, creo que pese a las diferencias de origen y seguramente de carácter, vamos a ser un grupo compacto.
El sol por la ventana me abrasa, ¡y sólo son las seis y media de la madrugada! He soñado profundamente y mi cabeza no ha parado de cabilar. Me levanto pues con una energía inusual, estaba esperando el momento. Todo transcuye rápido.
Muy pronto, los voluntarios recién llegados, y algunos que llevan ya casi una semana esperando que se inaugure la misión, empezamos a concentrarnos en el tema que nos ha llevado hasta aquí. Un suizo y otro alemán son la excepción ya que llevan un mes en el país porque decidieron venir antes para aprender algo del idioma. Como es el primer día no hay horario ni tareas a parte de desplazarnos hasta la Oficina de la Fundación en el mismo centro de la ciudad. Aquí aprendemos algo que no deberemos olvidar hasta el fin de nuestra estancia en Ecuador-Quito: para ir de la casa de Carmen, que es donde dormimos, a la oficina central de la Fundación, hay que tomar los buses en los que se indica „Vicentina Tuneles“, a veces con las variaciones „Chillo Gallo“ o „Barrio La Magdalena“; hay que saber bien en que lado de la calle tomamos el bus y debemos prepararnos a pagar el precio exacto, sinó no hay vuelta (cambio, quiero decir), entre otras cosas, porque subir y bajar del vehículo se hace a una velocidad supersónica.
Seguimos pues hablando del Proyecto en cuestión que se ubica en un poblado de 200 almas llamado Chiriboga. Chiriboga se encuentra a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar y pertenece administrativamente a la Municipalidad de Quito, a pesar de hayarse por la maltrecha carretera que le comunica a casi tres horas de la capital. El Proyecto empezó a funcionar hace exactamente cuatro años, en 1998, y se planteó también como una oportunidad para el intercambio intercultural, aunque principalmente su razón de ser se encuentra en la preservación del medio natural. Más específicamente los voluntarios que han pasado por allí se han dedicado a tareas de reforestación, limpieza de maleza y, sobre todo, plantación de los arbolitos conocidos con el nombre de Sangre de Drago. Arbolitos que con el paso del tiempo se convierten en arbolazos. La familia de Carmen, nos cuenta ella misma, después de pasar esas tierras al Estado, ahorró para comprárselas. Ahora con la Ayuda del Instituto Geográfico Militar debe limitar su extensión, para lo que deberemos abrir un camino por en medio de la montaña.
En los últimos años la Fundación ha sido agraciada con la atención de los medios informativos porque no casualmente sus propiedades se encuentrar en la misma dirección por donde pasan y se construyen los oleoductos que comunican la costa ecuatoriana con Colombia. Los famosos pipe-lines de Asia Central también existen en América Latina. Es la primera vez que los veo. Conozco la problemática. Me he interesado antes por lo que pasa en Nigeria, Azerbayán o Turkmenistán, por citar unos ejemplos.
El impacto de la instalación de las petroleras en plena cordillera andina, aún peor en el Amazonas, es desastroso. En la zona de Chiriboga contamos con dos tubos enormes que cruzan su territorio, uno está destinado al crudo pesado y el otro a la gasolina que nosotros conocemos, aunque existe ya en proceso de construcción un tercer tubo. Hoy en día el propietario de todo esto es la compañía estatal Petroecuador después de haber negociado hace años con las primeras compañías perforadoras extranjeras, Texaco, Gulf, Exxon... Mas lo más grave del asunto no son las perturbaciones medioambientales de su imposición o el choque cultural que provocaron a la población indígena: lo más grave son los derrames que se producen muy a menudo del líquido transportado. Recientemente, en 1999 y 2001, se producieron derrames que pudieron ir en un caso de los 36.000 barriles a los 20.500 en otro. Las cosechas y la vegetación autóctona, así como la fauna, resultan afectadas de muerte por esta contaminación, e incluso los granjeros que utilizan el agua no potable de la zona para cocinar o lavarse pueden correr grave peligro. Petroecuador alega que se tratan siempre de ataques terroristas, utilizando un argumento al que la población es muy sensible desde que las FARC colombianas penetran en su territorio, aunque probablemente se traten de pequeños sabotajes realizados por grupos de campesinos, o por los mismos trabajadores de la empresa, que revenden el material.
Por la tarde me toca ir a buscar a Catherine al aeropuerto. De nuevo el avión de Iberia ha olvidado unas maletas, seguramente en el trayecto de Bruselas a Madrid, donde todos los destinos de la compañía española hacen escala. Después de la cena servida en casa de Carmen aprovechamos para conocernos más a fondo. Me sorprenden un chico y una chica vasca que contactaron con el Proyecto gracias a las gestiones de su Gobierno autónomo. En general, creo que pese a las diferencias de origen y seguramente de carácter, vamos a ser un grupo compacto.
lunes, 17 de agosto de 2009
ECUADOR 2
La Llegada: Domingo 19 de agosto
He llegado a Ecuador en un avión de Iberia, ahora ya son muchos los que utilizan KLM. Es domingo, creo, porque estoy un poco desorientado. Tengo dos direcciones, la de la oficina de la Fundación para la cual voy a trabajar, en la calle 10 de Agosto, y la de la casa donde supuestamente voy a dormir, en la calle Princesa Toa, en el Barrio de la Magdalena.
Finalmente, por casualidad, porque pregunto, me encuentro con otra voluntaria que ha viajado en el mismo avión que el mío pero que no he conocido hasta ahora. Se llama Katia y es suiza. Otra voluntaria belga, Catherine, tenía que haber llegado hoy pero parece que va a venir mañana. Estas son las ventajas del correo elctrónico, ya que antes de iniciar el viaje tuvimos ocasión de escribirnos y contatar virtualmente unos con otros.
Para introducirme, en el viaje he venido leyendo un libro del Premio Nóbel guatemalteco de 1967 Miguel Ángel Asturias, concretamente El Señor Presidente. He leído de Carlos Fuentes, y puedo confirmarlo: „Asturias es uno de los grandes renovadores de la novela latinoamericana. Asturias deja de tratar al indio de una manera documental, para penetrar la raíz mágica, la raíz mítica, a través del lenguaje que hablan de esos seres. En las novelas de Asturias hay una constante personalización, a través del lenguaje, d epueblos tradicionalmente anónimos. Y esto me parece de una importancia extraordinaria“. Guatemala, como Ecuador, cuenta con un porcentaje elevado de población indígena infravalorada. En los últimos tiempos han llegado a España y a Europa muchas noticias de la Confederación Nacional de Indígenas Ecuatorianos (CONAIE) liderada por Antonio Vargas. Sé que hay otras figuras indígenas relevantes, como las diputadas Nina Pakari o Rosa Gualongo, y el propio Segundo Tituaya, alcalde de Cotacache, cerca del popular Otavalo, condecorado recientemente por su trabajo social a cargo de los Emiratos Árabes Unidos. ¡Me lo cuentan y casi no me lo creo! En Ecuador vale la ecuación popular de cuarenta por ciento de indígenas, cuarenta por cienro de mestizos y catorce por ciento de blancos; me imagino entonces que el resto está compuesto supuestamente de africanos, porque se ven y mucho, o quizás fallen directamente los números teóricos, que no sean los reales, como suele ocurrir en muchos de los países considerados pobres. Desde luego, la mayoría de las veces esta ecuación popular no equivale a la ecuación oficial, y prefiero no volverme loco haciendo cuentas. Antes de llegar también he querido informarme sobre cómo está organizado administrativamente el territorio. Existen cuatro regiones marcadas: la Sierra, la Costa, el Amazonía y la Provincia Insular de Galápagos. Ahí van esos nombres que vamos a escuchar a partir de ahorita mismo: Esmeraldas, Carchi, Imbadura, Pichincha (donde se encuentra Quito), Manabí, Cotopaxi, Los Ríos, Guayas, Bolívar, Chimborazo, Canar, Azuay, El Oro, Loja, Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Las regiones más fuertes si nos referimos a población y economía son Pichincha, Bolívar y Chimborazo, aunque en la Costa, negra por el color de algunos muchos de sus habitantes, resaltan Esmeraldas, Manabí y el Guayas. Las fronteras con Perú, motivo de múltiples conflictos armados, las marcan el Protocolo de Mosquera Pedemonte de 1830 y el Protocolo de Río de Janeiro de 1942.
El aeropuerto de Quito es el más pequeño que yo haya visto nunca entre las capitales mundiales. Una vez recogida una de las maletas que llega desde Frankfurt-Barcelona-Madrid, ya que la otra se ha quedado en el camino, enseguida observo que desde la centralita de la cooperativa de taxis me están haciendo señas. Me han reconocido y ya me está esperando Katia. Sólo tenemos que pagar y nos van a llevar hasta el sitio donde nos esperan los responsables de la Fundación.
Como siempre he llegado de noche, casi sin tiempo de hablar, meditar ni mirar por la ventanilla del taxi; me he metido en una casa desconocida, he saludado a quien había delante, me han indicado donde podía dormir, junto a otros dos chicos, y efectivamente eso es lo que he hecho. ¡Hasta mañana!
He llegado a Ecuador en un avión de Iberia, ahora ya son muchos los que utilizan KLM. Es domingo, creo, porque estoy un poco desorientado. Tengo dos direcciones, la de la oficina de la Fundación para la cual voy a trabajar, en la calle 10 de Agosto, y la de la casa donde supuestamente voy a dormir, en la calle Princesa Toa, en el Barrio de la Magdalena.
Finalmente, por casualidad, porque pregunto, me encuentro con otra voluntaria que ha viajado en el mismo avión que el mío pero que no he conocido hasta ahora. Se llama Katia y es suiza. Otra voluntaria belga, Catherine, tenía que haber llegado hoy pero parece que va a venir mañana. Estas son las ventajas del correo elctrónico, ya que antes de iniciar el viaje tuvimos ocasión de escribirnos y contatar virtualmente unos con otros.
Para introducirme, en el viaje he venido leyendo un libro del Premio Nóbel guatemalteco de 1967 Miguel Ángel Asturias, concretamente El Señor Presidente. He leído de Carlos Fuentes, y puedo confirmarlo: „Asturias es uno de los grandes renovadores de la novela latinoamericana. Asturias deja de tratar al indio de una manera documental, para penetrar la raíz mágica, la raíz mítica, a través del lenguaje que hablan de esos seres. En las novelas de Asturias hay una constante personalización, a través del lenguaje, d epueblos tradicionalmente anónimos. Y esto me parece de una importancia extraordinaria“. Guatemala, como Ecuador, cuenta con un porcentaje elevado de población indígena infravalorada. En los últimos tiempos han llegado a España y a Europa muchas noticias de la Confederación Nacional de Indígenas Ecuatorianos (CONAIE) liderada por Antonio Vargas. Sé que hay otras figuras indígenas relevantes, como las diputadas Nina Pakari o Rosa Gualongo, y el propio Segundo Tituaya, alcalde de Cotacache, cerca del popular Otavalo, condecorado recientemente por su trabajo social a cargo de los Emiratos Árabes Unidos. ¡Me lo cuentan y casi no me lo creo! En Ecuador vale la ecuación popular de cuarenta por ciento de indígenas, cuarenta por cienro de mestizos y catorce por ciento de blancos; me imagino entonces que el resto está compuesto supuestamente de africanos, porque se ven y mucho, o quizás fallen directamente los números teóricos, que no sean los reales, como suele ocurrir en muchos de los países considerados pobres. Desde luego, la mayoría de las veces esta ecuación popular no equivale a la ecuación oficial, y prefiero no volverme loco haciendo cuentas. Antes de llegar también he querido informarme sobre cómo está organizado administrativamente el territorio. Existen cuatro regiones marcadas: la Sierra, la Costa, el Amazonía y la Provincia Insular de Galápagos. Ahí van esos nombres que vamos a escuchar a partir de ahorita mismo: Esmeraldas, Carchi, Imbadura, Pichincha (donde se encuentra Quito), Manabí, Cotopaxi, Los Ríos, Guayas, Bolívar, Chimborazo, Canar, Azuay, El Oro, Loja, Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe. Las regiones más fuertes si nos referimos a población y economía son Pichincha, Bolívar y Chimborazo, aunque en la Costa, negra por el color de algunos muchos de sus habitantes, resaltan Esmeraldas, Manabí y el Guayas. Las fronteras con Perú, motivo de múltiples conflictos armados, las marcan el Protocolo de Mosquera Pedemonte de 1830 y el Protocolo de Río de Janeiro de 1942.
El aeropuerto de Quito es el más pequeño que yo haya visto nunca entre las capitales mundiales. Una vez recogida una de las maletas que llega desde Frankfurt-Barcelona-Madrid, ya que la otra se ha quedado en el camino, enseguida observo que desde la centralita de la cooperativa de taxis me están haciendo señas. Me han reconocido y ya me está esperando Katia. Sólo tenemos que pagar y nos van a llevar hasta el sitio donde nos esperan los responsables de la Fundación.
Como siempre he llegado de noche, casi sin tiempo de hablar, meditar ni mirar por la ventanilla del taxi; me he metido en una casa desconocida, he saludado a quien había delante, me han indicado donde podía dormir, junto a otros dos chicos, y efectivamente eso es lo que he hecho. ¡Hasta mañana!
domingo, 16 de agosto de 2009
ECUADOR 1
El Viaje: Sábado 18 de Agosto
Me encanta leer periódicos en el avión. El País del 18 de agosto de 2001, día memorable, hablaba y titulaba „Inmigración“ en su edición de Madrid. Antes de cruzar el charco leía: „Los domingos por la tarde aquello parece la Plaza Mayor de Quito. Cientos de ecuatorianos se reúnen en el parque del Oeste para charlar y cambiar impresiones. Al principio eran sólo unos pocos, un pequeño grupo de adultos que parecía conformar la clásica pandilla de amigos; sin embargo, en los últimos meses el conjunto ha crecido en progresión geométrica. Este espectacular crecimiento es el exponente más representativo de la evolución que está experimentando la inmigración en Madrid. En sólo año y medio la colonia ecuatoriana en nuestra región se ha multiplicado por doce pasando de los 6.000 miembros que había en 1999 a los 75.000. Hay sectores, como el de la hostelería, en el que su incursión es de tal intensidad que casi no existe un hotel ni un restaurante en la capital que no tenga en su relación de personal algún empleado procedente de Ecuador. También resulta notoria la presencia creciente de ciudadanos colombianos cuyo número se ha quintuplicado en este mismo periodo. Son estos dos colectivos los que han protagonizado con mayor número el aumento del número de inmigrantes en nuestra Comunidad, que en términos globales se dobló en los últimos 18 meses. Un fenómeno de una importancia capital al que, sin embargo, estamos lejos de prestar la atención que merece. Semejante progresión migratoria plantea problemas y necesidades cuya complejidad requiere un control y una planificación por parte de las autoridades que de momento apenas vislumbramos“.
Fuimos Eider, Jagoba, Stephan, Florian, Catherine, Antonio, Lisa, Anna, Nicole, Susane, Katia, Sylvia, Christina y yo mismo, o sea catorce voluntarios.
Ver la ciudad de Quito por la noche es impresionante, todo de lomas repletas de lucecitas, situada en una valle enorme rodeada de montañas, calles que suben y bajan.
A Quito las gentes de la calle le dan color y los monumentos le ofrecen su historia, nada más queda estremecerse (¡esa es la palabra que mejor puede describir ese sentimiento!) en la observación del Mercado Ipiales, en el mismo corazón de la ciudad. En esta ciudad uno no puede cansarse de observar y el corazón se siente más que nunca vivo, bombeando con fuerza. La noche es, por lo general, tranquila. La delincuencia existe aunque está muy limitada a determinados sitios de la urbe, barrios pobres, barrios transitados del Centro histórico y zonas públicas. Por lo demás, casi todo es apacible.
Quito es Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco: Quito es bonito, agradable y, por partes impresionante, aunque no lo llega a ser del todo. Quizás un elemento determinante de su belleza interior resida en el carácter del habitante quiteño y del orgullo que le concede años y siglos de historia. Entre lo más destacable se encuentran el Monasterio de San Francisco con su plaza, la calle Cuenca, la Iglesia de la Merced, la Catedral y la Plaza de la Independencia, dónde se haya también la Presidencia de la República, la Plaza y la Iglesia de Santo Domingo, la Calle de la Ronda, la Virgen colgada del Panecillo, el mismo Mercado de Ipiales, la Calle Espejo, la Casa del General Sucre, el Museo de Arte Colonial, Arte e Historia, todo ello concentrado en el mítico Quito Colonial, en la llamada Zona Sur de la ciudad. En la Zona Norte se haya el otro Quito, el Quito moderno, el Quito más chic. El tercer Quito es el de los suburbios, caso de Calderón.
Los símbolos de Ecuador y Quito son muchos pero podríamos llegar a resumirlos. Dos palabras solas ya dicen mucho: Andes y Amazonas. En la bandera nacional se encuentra la imagen del Chimborazo, volcán omnipresente. El Cóndor le da su fuerza a la representación de Ecuador en el extranjero: cientos de ecuatorianos invaden las calles europeas al ritmo de „El cóndor pasa“. Y ellos también pasan, inequívocamente, silenciosamente, como ellos son. Amarillo de oro, azul del mar y rojo de la sangre derramada en la Guerra de Independencia. Los ecuatorianos también están orgullosos, y deben estarlo, de su vinculación con el Imperio Inca, que conserva su huella mayoritariamente en Perú, Bolivia y el mismo Ecuador, en ciudades como Cuzco, Potosí y Cuenca, al sur. Machu Pichu no queda en el Ecuador pero hay que saber qué queda en el Ecuador que no sea Machu Pichu, y es mucho. Hablando de Chimborazos e Independencias, el venezolano Simón Bolívar es también héroe de los ecuatorianos, y su idea de la Gran Colombia llegó hasta el mismo Quito. Quito es la capital y la historia del país, aunque no la ciudad más grande, industrial y potente, que es Guayaquil, con su millonario equipo de fútbol, el Barcelona. Por lo demás, muchas nuevas cosas y nuevo vocabulario que conocer: olluco, yuca, maní, rocoto, ají, cuyes, chicha...
Ecuador no ha tenido a escritores de la talla del colombiano Gabriel García Márquez ni del peruano Mario Vargas Llosa, quizás hoy las dos letras, y a veces voces, más consagradas de la región. Ecuador tampoco ha tenido Presidentes tan famosos como Alán García, Fujimori, Toledo, en Perú, o el general Bánzer, en Bolivia. Incluso nuestro querido país amado no ha tenido a alguien tan malo como Montesinos ni a terroristas tan sanguinarios como Abigaíl Guzmán, si de nuevo desplazamos nuestras mentes al país vecino y nada querido por los ecuatorianos, que es el Perú. El rencor al Perú tiene su remoto origen en el mismo día que los herederos del Imperio Inca se dividieron y pelearon en estas tierras. El Che Guevara estuvo en Bolivia pero no estuvo en Ecuador. La lambada es brasileña, o quizas paraguaya. Pero los ecuatorianos que se sienten herederos de la Diosa Tierra Pachamama evidentemente sí existen. No existe un Machu Pichu ecuatoriano pero sí existen las Ruinas y la Casa del Inca; la ciudad de Cuenca con su memorable estilo colonial; el potente Río Guayas que pude divisar desde el avión a su paso por Guayaquil; la provincia de El Oro, con sus bananos y camarones; el monumento al artista Oswaldo Guayasamín; el mismo Puente de la Unidad Nacional que une Guayaquil con Durán; el Santurario de Nuestra Señora de Biblián, la Virgen del Rocío, la Patrona de Canar y Azuay... Poca gente sabrá, sin duda, que el famoso sombrero de paja, „de Panamá“, es realmente un sombrero de fabricación ecuatoriana. Y qué decir del cacao, el café y la palma. Lo que sí debe quedarnos claro, porque es verdad, es que Quito es el Centro del Mundo. Y el resto del Ecuador es una muy buena comparsa.
Me encanta leer periódicos en el avión. El País del 18 de agosto de 2001, día memorable, hablaba y titulaba „Inmigración“ en su edición de Madrid. Antes de cruzar el charco leía: „Los domingos por la tarde aquello parece la Plaza Mayor de Quito. Cientos de ecuatorianos se reúnen en el parque del Oeste para charlar y cambiar impresiones. Al principio eran sólo unos pocos, un pequeño grupo de adultos que parecía conformar la clásica pandilla de amigos; sin embargo, en los últimos meses el conjunto ha crecido en progresión geométrica. Este espectacular crecimiento es el exponente más representativo de la evolución que está experimentando la inmigración en Madrid. En sólo año y medio la colonia ecuatoriana en nuestra región se ha multiplicado por doce pasando de los 6.000 miembros que había en 1999 a los 75.000. Hay sectores, como el de la hostelería, en el que su incursión es de tal intensidad que casi no existe un hotel ni un restaurante en la capital que no tenga en su relación de personal algún empleado procedente de Ecuador. También resulta notoria la presencia creciente de ciudadanos colombianos cuyo número se ha quintuplicado en este mismo periodo. Son estos dos colectivos los que han protagonizado con mayor número el aumento del número de inmigrantes en nuestra Comunidad, que en términos globales se dobló en los últimos 18 meses. Un fenómeno de una importancia capital al que, sin embargo, estamos lejos de prestar la atención que merece. Semejante progresión migratoria plantea problemas y necesidades cuya complejidad requiere un control y una planificación por parte de las autoridades que de momento apenas vislumbramos“.
Fuimos Eider, Jagoba, Stephan, Florian, Catherine, Antonio, Lisa, Anna, Nicole, Susane, Katia, Sylvia, Christina y yo mismo, o sea catorce voluntarios.
Ver la ciudad de Quito por la noche es impresionante, todo de lomas repletas de lucecitas, situada en una valle enorme rodeada de montañas, calles que suben y bajan.
A Quito las gentes de la calle le dan color y los monumentos le ofrecen su historia, nada más queda estremecerse (¡esa es la palabra que mejor puede describir ese sentimiento!) en la observación del Mercado Ipiales, en el mismo corazón de la ciudad. En esta ciudad uno no puede cansarse de observar y el corazón se siente más que nunca vivo, bombeando con fuerza. La noche es, por lo general, tranquila. La delincuencia existe aunque está muy limitada a determinados sitios de la urbe, barrios pobres, barrios transitados del Centro histórico y zonas públicas. Por lo demás, casi todo es apacible.
Quito es Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco: Quito es bonito, agradable y, por partes impresionante, aunque no lo llega a ser del todo. Quizás un elemento determinante de su belleza interior resida en el carácter del habitante quiteño y del orgullo que le concede años y siglos de historia. Entre lo más destacable se encuentran el Monasterio de San Francisco con su plaza, la calle Cuenca, la Iglesia de la Merced, la Catedral y la Plaza de la Independencia, dónde se haya también la Presidencia de la República, la Plaza y la Iglesia de Santo Domingo, la Calle de la Ronda, la Virgen colgada del Panecillo, el mismo Mercado de Ipiales, la Calle Espejo, la Casa del General Sucre, el Museo de Arte Colonial, Arte e Historia, todo ello concentrado en el mítico Quito Colonial, en la llamada Zona Sur de la ciudad. En la Zona Norte se haya el otro Quito, el Quito moderno, el Quito más chic. El tercer Quito es el de los suburbios, caso de Calderón.
Los símbolos de Ecuador y Quito son muchos pero podríamos llegar a resumirlos. Dos palabras solas ya dicen mucho: Andes y Amazonas. En la bandera nacional se encuentra la imagen del Chimborazo, volcán omnipresente. El Cóndor le da su fuerza a la representación de Ecuador en el extranjero: cientos de ecuatorianos invaden las calles europeas al ritmo de „El cóndor pasa“. Y ellos también pasan, inequívocamente, silenciosamente, como ellos son. Amarillo de oro, azul del mar y rojo de la sangre derramada en la Guerra de Independencia. Los ecuatorianos también están orgullosos, y deben estarlo, de su vinculación con el Imperio Inca, que conserva su huella mayoritariamente en Perú, Bolivia y el mismo Ecuador, en ciudades como Cuzco, Potosí y Cuenca, al sur. Machu Pichu no queda en el Ecuador pero hay que saber qué queda en el Ecuador que no sea Machu Pichu, y es mucho. Hablando de Chimborazos e Independencias, el venezolano Simón Bolívar es también héroe de los ecuatorianos, y su idea de la Gran Colombia llegó hasta el mismo Quito. Quito es la capital y la historia del país, aunque no la ciudad más grande, industrial y potente, que es Guayaquil, con su millonario equipo de fútbol, el Barcelona. Por lo demás, muchas nuevas cosas y nuevo vocabulario que conocer: olluco, yuca, maní, rocoto, ají, cuyes, chicha...
Ecuador no ha tenido a escritores de la talla del colombiano Gabriel García Márquez ni del peruano Mario Vargas Llosa, quizás hoy las dos letras, y a veces voces, más consagradas de la región. Ecuador tampoco ha tenido Presidentes tan famosos como Alán García, Fujimori, Toledo, en Perú, o el general Bánzer, en Bolivia. Incluso nuestro querido país amado no ha tenido a alguien tan malo como Montesinos ni a terroristas tan sanguinarios como Abigaíl Guzmán, si de nuevo desplazamos nuestras mentes al país vecino y nada querido por los ecuatorianos, que es el Perú. El rencor al Perú tiene su remoto origen en el mismo día que los herederos del Imperio Inca se dividieron y pelearon en estas tierras. El Che Guevara estuvo en Bolivia pero no estuvo en Ecuador. La lambada es brasileña, o quizas paraguaya. Pero los ecuatorianos que se sienten herederos de la Diosa Tierra Pachamama evidentemente sí existen. No existe un Machu Pichu ecuatoriano pero sí existen las Ruinas y la Casa del Inca; la ciudad de Cuenca con su memorable estilo colonial; el potente Río Guayas que pude divisar desde el avión a su paso por Guayaquil; la provincia de El Oro, con sus bananos y camarones; el monumento al artista Oswaldo Guayasamín; el mismo Puente de la Unidad Nacional que une Guayaquil con Durán; el Santurario de Nuestra Señora de Biblián, la Virgen del Rocío, la Patrona de Canar y Azuay... Poca gente sabrá, sin duda, que el famoso sombrero de paja, „de Panamá“, es realmente un sombrero de fabricación ecuatoriana. Y qué decir del cacao, el café y la palma. Lo que sí debe quedarnos claro, porque es verdad, es que Quito es el Centro del Mundo. Y el resto del Ecuador es una muy buena comparsa.
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