Artículo de Lluís Gonzàlez, Subdirector del Diari de Tarragona
A poco para las municipales, las cosas no parecen cambiar en demasía respecto a los resultados de las pasadas autonómicas. A tenor de las encuestas que manejan los propios partidos políticos todo indica que los ciudadanos optarán por ‘castigar’ a los que consideran culpables de la actual ruina económica en que han convertido la Administración, tanto la autonómica como la municipal.
Es en este sentido en el que se intuye otro batacazo electoral para los partidos incluidos en el pacto tripartito (PSC, ERC e ICV) y que bastiones socialistas hasta ahora inexpugnables puedan cambiar de manos. En las comarcas de Tarragona este podría ser el caso de ciudades importantes como Reus, Calafell y Cambrils donde CiU y PP crecen -según aquellas encuestas- de manera espectacular, aunque solo podrían gobernar en coalición e incluso necesitarían la ayuda de terceros partidos.
Naturalmente es pronto para hacer este tipo de especulaciones sobre la intención de voto que reflejan dichas encuestas, pero el nerviosismo que evidencian algunos alcaldes socialistas, viendo fantasmas donde no los hay, es un síntoma inequívoco de lo mal que les van las cosas. Las luchas internas y las fugas en el partido, como las protagonizadas por Eduard Ortiz y Oliver Klein, en Reus y Cambrils respectivamente, hace presagiar un posible descalabro electoral.
(Abril 2011)
