sábado, 8 de noviembre de 2008

SIGAMOS CONSTRUYENDO EN POSITIVO

"COMENTARIO A LA REELECCIÓN DE J.L. RODRÍGUEZ ZAPATERO COMO PRESIDENTE DEL GOBIERNO"

La España de ZP de los próximos cuatro años deberá abrir más espacios aún y dejar que se desarrollen con fuerza y libertad las inercias de jóvenes, modernos y creativos, de todos los rincones del país, que forjarán un nuevo territorio de oportunidades.

No es cosa leve poder alejarnos de la España bronca, aburrida, gris, negativa e inerte que desea la derecha del PP. En el marco de la globalización, sólo aquellos que sepan interpretar de la mejor manera posible el tiempo vivido y las posibilidades casi infinitas que brinda, podrán contribuir a labrar un escenario de paz y progreso compartido. En ese sentido no debemos conservar absolutamente nada, debemos seguir caminando o corriendo hacia el futuro, sin perder el tiempo como los inútiles pregonan; debemos seguir progresando adecuadamente como se dice de los buenos alumnos.

Mestizaje, investigación, ciencia, cooperación al desarrollo, solidaridad, emancipación, igualdad, justicia social, vanguardia, novedad, arte, diseño, sabiduría, universidad, vivienda asequible..., deben reemplazar a la mediocridad, simplismo, guerra, confrontación, insulto, malas maneras, economicismo (eso sirve en términos exclusivamente empresariales, pero no sirve para las personas, que evidentemente son mucho más importantes), darwinismo, segregación, Aznar, Acebes, Zaplana…

Federalismo, sin duda alguna. Porque ya toca de una vez. Sólo con una pequeña y decisiva dosis más, muchos catalanes, gallegos, canarios y vascos, entre muchos otros pueblos de la piel de toro, lograremos sentirnos muy a gusto en una España diversa y fuerte por su diversidad misma. En los tiempos que corren eso es una ventaja comparativa muy importante que hay que aprovechar (como ocurre en Estados Unidos, Canadá, Suiza, Alemania).

La empresa abierta al mundo y el respeto a la iniciativa privada de la misma forma deberán ser fundamentales ya que con ellas se genera mayor estabilidad y riqueza. Casi todo lo deberemos hacer conjuntamente entre la inversión pública decidida y el apoyo a los particulares que arriesgan para mejorar.

Todos dentro, nadie fuera; sólo podemos conseguir todos estos objetivos marcados desde la inclusión y no la división que los negativos profesan. Militares, y pacifistas. Heteros, y homosexuales. Ricos, y pobres (que deberemos promover que lo dejen de ser). Sin envidias entre unos y otros. El mínimo común denominador de una situación hipotética óptima tiene un margen de amplitud y consenso considerable. Sin rencores históricos (ya debemos dejarlo pues). Todos podemos coincidir en lo mismo, que es buscar la travesía para alcanzar el éxito que nos aguarda.

Deberemos ser competitivos en la buena gestión (administrativa y gubernamental), sin exabruptos, y deberemos seguir ofreciéndonos al exterior de forma alegre, optimista y resplandeciente (que mejor carta de presentación existe que el hecho de que gran parte de las generaciones adolescentes de cualquier esquina del planeta nos citen como destino preferido; ¡cuántas virtudes ven en nosotros, tanto a nivel personal como a nivel de país!).

Esa es la España que os deseo (y es la que deseo a mi hijo de dos años, claro está). De momento esa España sólo puede estar basada en principios socialistas. Y eso quiere decir ahora mismo ZP.

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