martes, 27 de enero de 2009

ENTREVISTA A ALFONSO ARCELÍN

Alfonso Arcelín, desde su Caribe natal, responde a las preguntas de su amigo Oliver Klein Bosquet.


¿Qué representa Haití en el mundo y qué representa para ti en particular?

Haití debería haber sido un país faro para la humanidad. Haití fue el primer país en proclamar su independencia, para años más tarde pasar a depender de los intereses de los Estados Unidos. Haití llegó a ser un país de desarrollo y ahora está sumido en una gran calamidad. Me entristezco cuando pienso cómo era entonces y cómo es ahora. Realmente siento mucho lo que le ha pasado. No en vano, es mi país de origen. Llevo 49 años viviendo fuera aunque siempre pensé en volver.

¿Qué es lo que más destacarías de tu país haciendo un repaso a su historia, geografía, personas que lo habitan…?

Haití es, sobre todo, un país montañoso. Viven allí aproximadamente 9 millones de personas aunque se calculan entre dos y tres millones los que residen en el exterior. Mi país sufrió una de las dictaduras más crueles de América Latina como fue la de Duvalier. En aquel entonces emigraron los mejores intelectuales y profesionales que eran los que podían haber contribuido al desarrollo del país. El presente de Haití no es bueno pero su historia es rica, tanto en el tiempo de la preconquista como después. Francia obligó a pagar 60 millones de francos/oro para dejar proclamar la independencia y abandonar el país. Cuando Aristide llegó a ser Presidente pidió en varias ocasiones que Francia devolviera ese dinero al pueblo haitiano. El primer país en reconocer nuestra independencia fue el Vaticano y sólo después de este gesto lo reconocieron el resto de países miembros de la comunidad internacional. Haití se convirtió en su momento un mal ejemplo para los jóvenes Estados Unidos porque representaba el sitio dónde se había producido por primera vez la liberación de los esclavos negros.

¿Cómo calificarías el levantamiento popular contra Aristide que ha acompañado la historia reciente de Haití?

El levantamiento popular contra Aristide fue indudablemente necesario. Durante un tiempo fui partidario de Aristide pero debo decir que cuando éste llegó a ser Presidente defraudó a una gran parte del pueblo haitiano debido a los robos por él cometidos y a la creación de un cuerpo de milicias que lo protegían y que sembraron el caos allá donde tuvieron presencia.

¿Cuál crees que puede ser tu aportación para contribuir a la mejora de la difícil situación haitiana?

Quiero ser puente entre la ciudad haitiana de Miragoane, allí dónde yo nací, y Cambrils, la ciudad que me alojó durante muchos años. En su momento conseguimos hermanar oficialmente a los dos ciudades, ahora sólo espero que éste acto formal dé más frutos de los que ha dado. En aquel entonces se enviaron dos proyectos de cooperación al Ayuntamiento de Cambrils, así como a otras entidades municipales catalanas y españolas: el primero consistía en el saneamiento de las calles de Miragoane, que es una ciudad rodeada de montañas con accesos realmente difíciles; el segundo trataba de la construcción de unas letrinas en el Barrio de Bel-Air. El Ayuntamiento de Cambrils además me ayudó a mandar material médico-quirúrgico y durante el año 2005 se procedió al envío de una treintena de ordenadores, así como un ecógrafo, para la escuela y el hospital, respectivamente, de la ciudad, que están gestionados por misioneros católicos.

¿Cuáles son los retos más importantes del país intentando mirar al futuro?

La prioridad, sin ningún tipo de dudas, se encuentra en la reconstrucción y en la creación de infraestructuras. En los años 50 fue República Dominicana quién aprendió a gestionar el turismo fijándose en Haití. Por eso, de nuevo, es casi imposible de comprender la situación de riqueza inversa que ahora viven ambos países fronterizos.

¿Cómo se puede resumir en pocas palabras el “conflicto permanente haitiano”?

El punto clave de la cuestión se encuentra en la corrupción de los sucesivos gobiernos que se han establecido en el país. El intervencionismo americano es ambivalente: era necesario echar fuera a Aristide pero la injerencia total a posteriori de Estados Unidos y Francia también no ha hecho más que complicar las cosas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) tendrían que haberse involucrado aún más en la resolución del conflicto aunque realmente no tienen la fuerza suficiente para asumir ese encargo. Con todo esto, Aristide se encuentra exiliado tranquilamente en Sudáfrica y sigue influyendo en la política interna del país.

¿Qué compromiso puede adoptar España, Catalunya y Cambrils, en particular, con la población de Haití?

El gobierno actual socialista, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, incluida la oposición, está decidido a contribuir a fortalecer la estabilidad institucional en Haití. Es importante, como se ha hecho, que se envíen guardias civiles y miembros de las Fuerzas Armadas que enseñen a patrullar bajo el concepto de la defensa del imperio de la ley, así como es igualmente importante que se envíen ingenieros que ayuden a construir las infraestructuras de las cuales nos quejábamos. Pese a esto, no hay que olvidar que tradicionalmente Haití ha sido un “olvidado” de la cooperación internacional al desarrollo española. Espero que cada vez más se interesen por este pequeño país caribeño y, en concreto, se pueda hacer algo más por la ciudad en dónde yo nací que es Miragoane.

¿Qué recuerdos llevas contigo de los años vividos en Cambrils y de tu militancia en el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC)?

Hace más de año y medio me fui de Cambrils con el corazón en un puño. Nunca olvidaré el homenaje que me dieron, junto a la presencia de mi hija, los compañeros de la Agrupación del PSC de Cambrils. En definitiva, he pasado más tiempo en España que en mi país. El PSC fue como una segunda familia que me acogió entre sus brazos. Allí encontré la confraternidad que buscaba. Llegué a ser Secretario de Organización de la Agrupación Local, Primer Secretario, Conseller Nacional, Conseller Comarcal, candidato al Congreso de los Diputados, Delegado en muchos Congresos y Concejal; y, realmente, para una persona de origen extranjero eso fue muy importante. En España no sólo dejé a mis hijos sino que también dejé a toda la familia socialista. En el fondo sé que volveré tan pronto como me sea posible para reencontrarme con ellos.

¿Qué ha significado para ti, con la perspectiva que ofrece el tiempo, abanderar la lucha por el respeto de los derechos humanos y la dignificación de la memoria histórica a partir de tu proceso de denuncia sobre el “Negre de Banyoles”?

Cuándo supe que existía el “Negre” me pareció en seguida una cosa inhumana y cruel, en cualquier caso, al tratarse de un ser humano. Recibí un gran apoyo del PSC y de la población de Cambrils en mi denuncia. Exhibir al público un ser humano, disecado como si fuera un pájaro o una planta, sin ser una momia, un cuerpo exhumado o una tumba profanada, ya fuera éste blanco, negro o amarillo, nunca me hubiera dejado indiferente, por lo cual actué en su momento y volvería hacerlo de nuevo, sin duda.

(Febrero de 2006)

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