jueves, 15 de octubre de 2009

REPÚBLICA DOMINICANA 17

6 de agosto: sociología de mi barrio

Panecillos calientes con queso y jugo de chinola, que es el que más me gusta. La despedida de siempre: “¡Vaya con Diós!”.

Al llegar al Taller existe una tremenda preocupación a causa del último decreto de Balaguer que le quita autonomía a la mejor universidad pública de la ciudad, la UASD, a la vez que se exige un cambio de autoridades en su seno. Esto, junto a otras políticas gubernamentales, repercute en el precio de los créditos, los certificados y las matrículas, que aumentan desde hace un tiempo de forma desproporcionada. Esto demuestra la influencia que hasta el último momento va a ejercer Balaguer en el país. Como se suele decir habitualmente se trata de dejarlo “todo atado y bien atado”, como ha pasado con la ley de funcionarios o con la ley de los profesores, que han causado tanta protesta popular. “A veces parece que peleo con Dios, o parece que Dios está contra nosotros”, es una frase que he escuchado recientemente.
Con Denysse empezamos a interesarnos por los Caminantes de Boca Chica, para ver si se puede encontrar financiamiento a la vuelta a Europa. Según el Código del Menor estos niños tienen que ser protegidos por el Estado y deben implementarse políticas en su favor, cosa que no ocurre. Hasta el día, la organización cuenta con las subvenciones de Cáritas y Manos Unidas, así como contribuciones de diversas instituciones estadounidenses. En 1993 el gobierno sacó a la luz el “Informe sobre la prostitución infantil” que dejaba patente el estado de desintegración familiar del país. Los niños en cuestión son obligados a trabajar, viven con sus abuelos o en pensiones, la mayoría son hijos de madres solteras, maltratados por los adultos, la familia y la policía, explotados por los extranjeros y la prensa amarilla.
Por la noche, después de cenar, nos reunimos delante del chiringuito de Papi. Aprendo a bailar Bachata con Cusy: a la derecha, uno, dos, pie en punta; a la izquierda, uno, dos, pie en punta; y lo mismo para delante y para atrás. Después tengo tiempo para el merengue: movimientos como de muelle, levanto un poco los pies, coordinación de pies y caderas con los hombros, una vuelta, no soltar el ritmo, separarse, y dale otra vez. A todos nos gusta igualmente la salsa, el reagge y el rap.

Esta noche, mientras bebo, pienso en esta gente que tanto me están enseñando y que tan hondo están calando en mi corazón. No voy a olvidar nunca el Colmado Banca con su propietario dedicado al reparado de relojes, así como no voy a olvidar la parada de verduras ni la de caramelos, el Colmado Costa, etc. Un paseo por los Guandules es conocer a Francis y al Jabao, habitantes descamisados de los callejones sin salida. Los negros Salvador “Chin” y su hermano Juan me han enseñado en su piel y su expresión lo que puede significar sufrir el racismo, y lo bonito que puede resultar la convivencia multirracial. Otilio “La Polea” es quien ha llenado nuestro callejón de graffitis. Frank, pese a ser más pequeño, y seguramente más joven, que Juan incluso, resulta ser su padrastro por esas circunstancias de la vida. Nene “Matón” conmigo ha sido agradecido y buena persona. Félix es otro de los inquilinos de nuestras reuniones nocturnas. La pulpería de Papi es el centro de la convención, y su mujer Morena casi siempre está en el tema de la discusión. Masú es un bebedor que trabaja en el patio de atrás en una especie de taller mecánico. Ana María es la chica dependienta de la farmacia, al lado de la librería en la que no hay papel; y las frituras de carne. Judi y David “el Gordo” se ocupan de los recambios en la Casa del Herrero. Johnny, caído en la desgracia de la droga, es un antiguo amigo de David, “mi hermano”, del cual Doña Carla quiere que se aleje. Dolores es la mujer que me dedica alguna sonrisa desde su silla en el callejón. Luego está toda la familia Vargas Santos entera, que no es poca.

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