Introducción al viaje a la República Dominicana
En enero del año 1996 unos cuantos amigos emprendimos la aventura de fundar una nueva Organización No Gubernamental en Barcelona. Tal ONG se llamaría Interred-Catalunya y debería ser la filial de Intered a nivel estatal, una organización dependiente de la Institución Teresiana. Las dos personas que contactaron conmigo para poder llevar a cabo este proyecto fueron Margarita Bartolomé, Profesora de Ética de la Universidad de Barcelona, y Neus Edo, Trabajadora Social. A partir de entonces, semanalmente fuimos reuniéndonos en el Centre Passatge del Eixample barcelonés y allí elaboramos las bases de los estatutos, la organización interna y la campaña de captación de socios de Interred, hasta que un día nos llamaron de la República Dominicana preguntándonos si estábamos preparados para colaborar con ellos el próximo verano.
Interred se definía como una Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD) y se marcaba como objetivos principales generar autosufiencia y promover el cambio estructural en las zonas más empobrecidas del planeta. Muy pronto, contactando con monjas teresianas que trabajaban por todo el mundo, empezamos a gestionar proyectos a nivel latinoamericano principalmente, pero también en el Congo, la India, Filipinas y en la misma Europa, en Portugal, España y al Este del continente.
Para ser sinceros, no fue fácil la tarea de conseguir el financiamiento ni crear la infraestructura suficiente como para embarcarse en la aventura dominicana. En aquel entonces, la República Dominicana no se hallaba entre las prioridades de las Ayudas Oficiales al Desarrollo (AODs) internacionales. Antes de preparar el definitivo viaje del verano debimos superar un Curso acelerado de Animación Sociocultural (ASC) y el Curso de Iniciación al Voluntariado del Institut Català del Voluntariat (INCAVOL).
Nuestra contraparte local era el prestigioso Centro Cultural Poveda de Santo Domingo, especializado en asesorar y formar a maestros y líderes de las organizaciones populares del país. En un principio desde el Centro Cultural Poveda se nos pedía organizar dos Talleres de ASC, uno para animadores y otro para niños, con una duración aproximada de cuatro semanas, entre el 16 de julio y el 2 de septiembre. El grupo que finalmente se preparó a conciencia para viajar a Santo Domingo estuvo formado por Neus, Isabel, Montse, Blanca y yo mismo. El principal objetivo de dichos talleres debía ser promocionar la ASC, a la vez que fundirla con la práctica común en la isla de la Educación Popular.
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