lunes, 14 de septiembre de 2009

REPÚBLICA DOMINICANA 3

Presentación

Cuando yo me incorporé al proyecto de Interred era un estudiante de segundo año de Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma, por lo tanto aún muy joven (20 años, aunque para participar en el proyecto se requerían 21). Desde mi llegada al mundo universitario me había marcado la meta de aproximarme a la cooperación al desarrollo y me pasé casi un año entero asistiendo a conferencias sobre el tema y visitando a diferentes ONGs ubicadas en Barcelona. La gente que me encontré en Interred estaba muy ilusionada con lo que pretendíamos hacer y contaba a sus espaldas con muchos años de experiencia trabajando en el ámbito del voluntariado social.

Neus fue la Coordinadora del Grupo que viajamos a República Dominicana. Neus era novicia y al cabo del año de estar en República Dominicana se fue a Roma para convertirse finalmente en monja. Hoy en día se encuentra en Venezuela ayudando a los más necesitados y ha iniciado una campaña para damnificar a los afectados por el temporal del año 1999. En Barcelona Neus había estudiado Trabajo Social y estaba muy directamente vinculada al Esplai del Centre Passatge que pertenece a la Institución Teresiana.

Isabel era maestra en Badalona; hace tiempo que no sé de ella. Como yo, en aquel entonces no sabía demasiado alrededor de la ASC. También era la única casada del grupo. Como todas las recién casadas durante el viaje habló continuamente de su marido Alberto. Al cabo de unos meses de volver a Barcelona tuvo su primer hijo que espero que herede de su madre la bondad y la sencillez que la caracterizaban. Entre sus aficiones estaban la literatura y el buen comer. Era, y debe ser aún, una persona a la cual le gustaba estar muy bien informada sobre todo.

Montse estaba a punto de sacarse el Diplomado en Trabajo Social y había estado en muchísimos frentes debido a su carácter extremadamente activo. Era lo que se podía decir una chica que me cabía muy bien. Había trabajado con niños hijos de inmigrantes en el Raval, había hecho unas prácticas con un grupo de toxicómanos y en aquel entonces era monitora de un grupo de Esplai dirigido a los más jóvenes del Centro Passatge. También colaboraba en la revista mensual que editaba el centro. Tras la experiencia dominicana quiso repetir en el mismo sitio e Intered la envió como voluntaria de larga duración a colaborar con el Centro Povedo y con los Caminantes de Boca Chica. Durante su estancia de más de año y medio en Santo Domingo pudo implicarse en la campaña de asistencia a los damnificados por el Huracán George que asoló todo el Caribe en 1998.

Blanca, conmigo, la más joven del grupo, completaba el grupo de voluntarios con el que compartimos una de las experiencias más importantes de nuestras vidas. En aquellos momentos estaba terminando sus estudios de Trabajo Social y conocía a Margarita Bartolomé, la verdadera impulsora de Interred , de la facultad de la Universidad de Barcelona. Como Montse, se había movido mucho como voluntaria tanto en el Raval como en un “cau” barcelonés. Había sido monitora de grupos de niños con los cuales salía a menudo de colonias y participaba en un coro musical.

En general, debo decir que mis compañeras de viaje formaban un grupo muy determinado de gente, compacto y homogéneo, de capital (Barcelona), postmoderno, muy solidario aunque quizás influenciado un poco por la moda de la cooperación, y perfeccionista hasta el punto de mi desesperación. La condición de género, todas eran mujeres, también me causó cierto desentendimiento durante varias fases de nuestra experiencia. Muchas veces me sentí ajeno a sus preocupaciones y a su forma de trabajar exageradamente metódica. Pero, en todo caso, debo decir que compartir con ellas me resultó de gran utilidad en el sentido de observar los comportamientos y, precisamente, compartir, con personas aparentemente diferentes a mis entornos habituales.

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