sábado, 31 de marzo de 2012

NICARAGUA 1997 / Capítulo 23

CAPÍTULO 23: VISITAS A ESTELÍ Y MATAGALPA

Estelí tiene poco más de cien mil habitantes. Leonel Rugama, el poeta, es uno de los héroes de la ciudad. Carlos Fonseca Amador dejó huella de su lucha proletaria también en este mismo suelo. El símbolo de la ciudad es el Petroglifo de “Las Pintadas”, que representa a un Texoxe, o chamán, como lo conocemos nosotros. En ella se han encontrado restos arqueológicos importantes para lo que esta zona del país; más al norte, en lo que se conoce como Ocotlán, tierra muy hastiada por los terremotos, es donde encontramos a la comunidad indígena de Santa Rosa. Decimos “indígena” por ser campesinos con menos contacto con el desarrollo del resto del país, a la vez de tener dificultades para su alfabetización, etc.

A Estelí se llega en autobús a la Cooperativa de Transporte (Cotrans) para ir a visitar, lo primero, su Catedral, frente a un gran parque. Todo el centro urbano está bien acompañado de tiendas y comercios, sobre todo los dedicados a artesanía. Por lo demás destaca el Estadio Noel Gámez Independencia, donde juega el equipo local de pelota, y la gran atracción turística que representa para la ciudad “El salto del agua”. En cuanto a la gastronomía recomendamos la carne a la brasa con salsa jalapeña y plátano en forma de tostones o tajadas, más unas cuantas bocas (lo que conocemos como “tapas”) para iniciar la comida.

En Matagalpa degustaremos el Nacatamal, plato típico de la cocina nica, acompañado de una “telapia”, especie de pez autóctono, frito. El restaurante “La Chindonga”, a parte de ser muy bonito, también es muy caro, si lo comparamos con los precios frecuentes y populares del lugar. Quizás sea ésta una ciudad un poco más grande que Estelí, con todos los servicios que puede proporcionar una capital de región intermedia. Situada en un valle, por la loma de las montañas se construyen los “semilleros” (lo que nosotros conocemos bajo el nombre de “barrios de chabolas”). Tiene un gran cementerio, una gran central de autobuses, una calle principal, un gran parque como casi todas las grandes ciudades nicas, y una Catedral, como no, que tampoco puede faltar, frente al gran Palacio Episcopal. El poder de la Iglesia está pues repartido entre sus edificios muy presentes.

Gracias a los grandes televisores de la ciudad y la prensa que allí encuentro puedo seguir en cuentagotas la actualidad de España y sobre todo lo que respecta a las principales competiciones deportivas de fútbol, baloncesto, tenis, atletismo y… ahora… beisbol, noticas llegadas desde Estados Unidos. Escojo La Prensa, pero también leo El Nuevo Diario, Barricada (diario portavoz oficial del FSLN) y La Voz del Campesino. Las noticias locales más frecuentes narran desalojos de propiedades y casas, casos de lucha contra el tráfico de drogas y los respectivos narcos, violencias domésticas por doquier, negocios en las zonas francas, reportajes como el que hoy ilustra el Centro de Mujeres Ixchén.

Uno de estos días, tras nuestras frecuentes salidas de excursión, en el bus de vuelta a La Trinidad, quizás viva una de las experiencias más fuertes y desagradables de mi vida: un bolo (o borracho) se ha tambaleado por delante nuestro con su machete en alto y ha terminado acusando a un viajante al cual ha cortado una oreja. Otros hombres se han lanzado encima del mismo y lo han echado a la cuneta de la carretera sin tener que parar el vehículo y en medio del tránsito rodado.

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