martes, 3 de abril de 2012

NICARAGUA 1997 / Capítulo 26

CAPÍTULO 26: LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Empiezo por Ebelin: la mujer que se pasa barriendo todo el día el complejo de Los Quinchos. Enseguida quiere hablar conmigo porque tiene un tema muy importante entre manos, y es que está recibiendo una oferta de adopción por un hijo que no puede atender. El proceso está tutelado por la Generalitat de Catalunya a través de la Fundació Amics pel Món, y como el suyo existen tres peticiones más en la ciudad en estos momentos. A lo largo de estos días vendrá un matrimonio español que está decidido a llevarse a la criatura a un aparente mejor mundo; se deberán firmar todos los papeles exigidos frente a un notario, o sea las firmas de los padres biológicos con su aceptación, y la firma de los adoptantes, al mismo tiempo que se deberán negociar lo más rápido posible los visados correspondientes.

En Los Quinchos nos encontramos con veinte profesores, de todas las modalidades, que van desde la gimnasia y la música, hasta la moral cívica y las asignaturas más comunes. El Subdirector ya lo he presentado en diferentes ocasiones, que es Luis, que años posteriores seguirá visitándonos en Reus y Cambrils; su mujer, Martha, que dejó la docencia al nacerle sus dos hijos; luego están Mayra, la informática, que debe lidiar con Ismael; Daysi, que sufre una sordura grave que no le impide ejercer, con un hermano doctor que vive entre Estados Unidos y Costa Rica, bastante viajada al tener familia a su vez en Alemania, y una de las más modernas que no parará hasta llevarnos a cenar al “Baho” (carne de res, arroz, ensalada y tortitas); Walter, uno de los más antiguos, alto, delgado e imponente; Augusto, que anda todo el día enamorando mujeres con su guitarra; América, que se ocupa del folklore y que gusta contar que tiene amistad con el ministro de cultura del país gracias al cual consiguió una marimba para la Escuela y escenificar una obra de teatro en El Perla de Masaya, de donde es originaria; Carmen, una de las más jóvenes, en casa de los padres de la cual están alojadas las voluntarias francesas; Fiona Donagh, una australiana que lleva años viviendo allí y que es la Profesora de Inglés; luego hay cuatro o cinco monjas, alguna de las cuales de nacionalidad salvadoreña, bajo las instrucciones de la Directora oficial del centro, que es la Madre Pina; tres encargados permanentes de la limpieza; cinco personas más en la cocina, preparando desde el desayuno, a base de un bollito de pan, con fruta y un vaso de leche, hasta la comida y refrigerios varios; tres conserjes oficiales, dos de los cuales de avanzada edad, Efraín y Humberto, y el más joven que también hace de chófer, Gregorio. De visita siempre hay gente en la Escuela: hoy está el padre capuchino Shutko; Clementina Cabeza, del Colegio Cristiano de la Restauración; Magaly, Sonia y Ernesto Josué, que están haciendo unas entrevistas para la Pastoral Juvenil.

Uno de los principios fundamentales de la Escuela es dar una atención personalizada, tanto a nivel escolar oficial como en el extraescolar donde son muy activos. Es, reconocido por todos los enseñantes del país, un centro ejemplar: “Queremos ternura y comprensión”; “No me griten”; “No me golpeen”; “Educar para Liberar a la Humanidad”; “Educar para transformar el Mundo”… Los Quinchos recibe ayuda de cooperación internacional que les llega básicamente de España y de Canadá. El sesenta y cinco por ciento de sus alumnos está viviendo en el umbral de la pobreza.

Resulta interesante, durante las estadías en el extranjero, compartir sentimientos entre personas originarias de diferentes partes del mundo; ello genera muchas veces amor o simpatía entre los miembros citados. Mi amigo Albert empieza a relacionarse con la profesora Fiona, aunque también visita la casa de la francesa Severine. Es allí donde esta tarde se ha celebrado el aniversario de la otra francesa, Nath, con el juego de la piñata que se ha roto con todos sus regalos para los niños presentes. Nath no esconde que también es hija de la adopción internacional, ya que fue llevada a Francia de muy pequeña desde un orfanato de Colombia. Con ella he mantenido el contacto hasta el día de hoy; se dedica a la realización cinematográfica.

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