CAPÍTULO 39: LA INFORMACIÓN Y LAS NOTICIAS VUELAN
Descubro a su vez la Librería Rigoberto López Pérez, ilustre nombre como ya hemos dicho, en pleno Centro Comercial Managua, donde puedo seguir investigando bibliografía sobre Nicaragua, Centroamérica, procesos revolucionarios, América Latina, indígenas, teología… Me encuentro con la maravillosa obra de Carleton Beals, Banana Global, que viene a imitar la inmensa obra de inspiración mexicana del periodista corresponsal de guerra John Reed, el mismo que diera a conocer los hechos reales y en directo de la Revolución Rusa en 1917. Otro libro que me entusiasma y que enlazaré más tarde con otras obras de su mismo autor es “La sonrisa del Jaguar. Una visita a Nicaragua”, de nada más ni nada menos que Salman Rushdie.
Me informo sobre materiales que exploran la Costa Atlántica y hablan de la RAAN, los sukorawala y los misurasata, habitados por indígenas sumos, miskitos y ramas. Estas tierras son las que resultan siempre más devastadas por los huracanes, los más recientes el Joan i el Lilian Mercedes, a la vez que siguen viviendo una especie de guerra de baja intensidad entre grupos pseudoguerrilleros que responden a diferentes intereses particulares nada ideológicos. Hasta allí llega la ayuda finlandesa, alemana y holandesa, en forma de las mismas publicaciones que tengo en mis manos. Aprovecho para ilustrarme de mapas, músicas, pergaminos, documentos…
Si la información y la historia de un lugar está más que nunca al abasto de cualquier persona que se pueda interesar por la misma, las noticias más recientes también vuelan debido a la puntualidad mediática de radios, prensa escrita y televisiones: así pues hoy he podido saber que la guerrilla del FUAC, la que no anda nunca lejos de Chagüite, ha realizado diferentes tiroteos al norte de Estelí, donde se encuentran nuestros amigos de la Casa de Cultura; enseguida el Ejército ha enviado efectivos en helicóptero ya que se calcula que si hace unos meses podían ser doscientos efectivos ahora aún deben quedar unos sesenta. Si desde Chagüite siempre se dice que, desde el lado de El Bonete se puede apreciar la ciudad de Managua, lo que ocurre en cada uno de los dos sitios también son vasos comunicantes.
Hoy nos reunimos a cenar en el restaurante La Casuca, de cocina matagalpeña, diferentes cooperantes de San Judas, Puertos Cabezas y otros europeos que van de camino a Guatemala. Cada uno cuenta su historia y a mí me atolondra lo leído durante estos días y el recuerdo de los árboles mesquitos y manzanillos, así como el ruido de las chicharras y los zopilotes (o sea buitres), que no escucho desde que dejé Chagüite. Tengo añoranza de las montañas nicaragüenses, seguramente la ciudad siempre me ha cansado, su asfalto, su color gris y suciedad.
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