NICARAGUA 1997 / Capítulo 35

CAPÍTULO 35: LECTURAS NICARAGÜENSES

Durante este tipo de viajes resulta común sacar tiempo para leer, y uno decide leer casi siempre sobre el país que visita o las circunstancias actuales de la historia. En estos momentos estoy leyendo una biografía del Comandante Cero, Edén Pastora, el autor más famoso del asalto al Palacio Nacional de Somoza, miembro de la dirección política del Frente en sus inicios junto a Daniel Ortega, aquél que defendería una tercera vía política entre comunistas y contrarrevolucionarios bajo los principios de independencia nacional, justicia social, libertad y democracia. Pastora acabaría organizando otra guerrilla en contra del mismo sandinismo bajo el nombre de Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN), operando desde Costa Rica, y ahora se sabe, financiado por la Central de Inteligencia Americana (CIA), que incluso le apoyaría a presentarse a las elecciones de 1996 bajo las siglas del Partido Social Demócrata (PSD) de Nicaragua. Sin duda, estamos ante uno de los grandes personajes de la historia nica, desafortunados por otro lado, como también lo podrían ser Rigoberto López Pérez, el autor material de la muerte de Anastasio Somoza o José Coronel Urtecho, padre de la literatura nica.

Haber descubierto la UCA y su Biblioteca central ha sido de una gran suerte para mí. Hoy me toca unirlo todo: lecturas, UCA, espíritu revolucionario, “familia”… Y es que el joven Alan me ha propuesto acompañarle a una Marcha estudiantil de protesta en la cual también estará Juanita, una de las becadas actuales. Hemos llegado en uno de los grandes Buses al recinto universitario, hemos visitado la Biblioteca, el Instituto de Historia Nica y el CEUCA, que es el Comité de Estudiantes Universitarios, para luego trasladarnos al Aula Magna de dicha universidad. Allí hemos podido escuchar el “Sermón del Iluminado”, acompañado de la música de un grupo de mexicanos. Luego ha habido proclamas a favor del derecho a la libre autodeterminación de los pueblos refiriéndose a los pueblos indígenas de América, y el caso concreto de Chiapas, la defensa de los excluidos, marginados, pobres, negros, mujeres, homosexuales… La misma lucha que se repite a lo largo y ancho del planeta, pero con color y acento nica.

Comiendo nancites y cocotán comprados en una tiendecita de la salida de la universidad me llevo entre mis tesoros más preciados algunas obras de la Teoría de la Liberación, gracias al préstamo de Alan, entre las cuales destaco la del catalán instalado en Brasil Pedro Casaldáliga y el obispo chiapaneco Samuel Ruíz, junto a la del Mahatma Ghandi i Martin Luther King, y, por último, Chico Mendes, fundador del Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil. Estudio la vía del pacifismo.

Otros días volveré a la UCA a visitar los encuentros que organiza la revista política Envío sobre la “Coyuntura Nicaragüense”, donde asistiré a las charlas y conferencias de Doña Vilma Núñez, en este momento considerada la número dos del FSLN (que años más tarde encontraré en el Ministerio de Cooperación al Desarrollo Alemán), y de María López Vigil. Me parece muy interesante la aportación de ésta última sobre la concepción sandinista de la unidad formulada entre Estado, Ejército y Partido. Otro libro que estoy leyendo versa sobre la Transición Política del Servicio Militar Patriótico entre los años 1990 y 1995, publicado por el CRIES, un instituto de prestigio, que alega esta circunstancia como una de las causas fundamentales de la derrota sandinista.

Estas lecturas, junto a las lecciones de la incansable Doña Indiana Acevedo, desde su casa o en las reuniones de las CEBs a las que asisto, y la presentación del libro del politólogo catalán (con el que luego me unirá una muy buena amistad) Salvador Martí, titulado “Una revolución enredada”, servirán como pulso a mi apreciación subjetiva de la realidad que habito. Eternamente agradecido a la lectura y a la observación.