CAPÍTULO 46: FOTOS, RADIO Y MÚSICA
Doña Fran se levanta cada mañana a las cinco y media con la salida del sol para entrar a trabajar en la Escuela a las seis. Hoy me levanto a esa misma hora, temprano, para realizar una sesión fotográfica de lo que representa un día en mi querido San Judas. A las siete y media ya estoy retratando con mi aparato fotográfico Los Quinchos, y más tarde estoy invitado a casa de Gerardo y Laura. La cámara me permitirá recordar, junto a estas notas, todos los rostros, palabras y expresiones de este país diminuto y contagioso.
La radio es otro electrodoméstico esencial en todo el mundo que conocemos como subdesarrollado. A parte de dar a conocer las noticias del mundo, puede llegar a ser el acompañamiento de las comunidades más alejadas de los núcleos urbanos, como es el caso de Chagüite. Allí he visto a quién anda con los mismos aparatos, sin baterías, tan sólo para demostrar un signo distinguido de modernidad. Incluso son muchos los nicas que caminan por las calles con pequeños transistores. Lo más bonito resulta despertarse con el ruido de las diferentes emisoras, más si se mezclan los programas de noticias de la casa vecina con el bayenato, merengue, mambo o salsa de mis cercanos. Por radio he aprendido a vivir la retransmisión en directo de accidentes, asesinatos, abandonos de niños, suicidios, catástrofes naturales, etc., siempre en boca de la espectacular exageración del reportero nica.
Sin duda, he aprendido que la publicidad de los actos y las relaciones en la calle, se anteponen al anonimato y a la despreocupación social que predominan en la Europa que conozco, como más al Norte más grave es el tema.
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